Especial de Nicolás Litvinoff para el diario La Nación
Sí, ya lo sé. Con una pérdida del poder adquisitivo de al menos el 14% en 2018, según informes del Indec, hablar de ingresos significa para muchos poner el dedo en la llaga. Sin embargo, es justamente en estos momentos de crisis cuando aparecen las mejores oportunidades, puesto que la necesidad empuja a la gente a abandonar su zona de confort para conservar su lugar dentro de la escala social.
En la columna de hoy, analizaremos en detalle los distintos tipos de ingresos existentes de la misma manera que tiempo atrás estudiamos el ahorro, el gasto y la inversión.
Para ello, comenzaremos detallando los distintos tipos de ingresos a los que una persona puede aspirar.
Del ingreso unidireccional a las múltiples fuentes de ingresos
El ingreso que se obtiene mediante un empleo en relación de dependencia es sin dudas el más popular en nuestro país: cuenta con más de 15 millones de personas, aunque su masividad no implica que sea el único ni el más conveniente.
El rubro de los cuentapropistas es, por otra parte, el que más viene creciendo, pero su abanico es tan amplio que podría incluir desde un vendedor ambulante hasta un emprendedor de Internet, pasando por un chofer de Uber.
A continuación, veremos que existen muchas fuentes de ingreso distintas de las dos mencionadas. Puede que sean menos conocidas, pero probablemente más efectivas para aumentar el caudal de dinero percibido y ampliar su génesis. El objetivo final será lograr una estabilidad en los ingresos mensuales sin necesidad de depender tanto del esfuerzo diario.
Ingresos lineales
Los ingresos lineales incluyen tanto a los asalariados como a los cuentapropistas. El denominador común de ambos es la relación lineal entre el esfuerzo realizado y el ingreso obtenido. Si trabajo más tiempo, mis ingresos aumentan.
En tiempos de crisis como la actual se produce un rebalanceo donde muchos trabajadores asalariados se convierten a la fuerza en cuentapropistas como consecuencia de los despidos y las reducciones de personal en las empresas. No obstante, más allá de las diferencias entre una y otra modalidad, no deja de tratarse de una fuente de ingresos lineal.
Puede que se trate de un paso obligado para toda persona que se lanza al mercado laboral, pero debe tomarse como un lugar de tránsito y no de permanencia, dado que el sistema nos ofrece otras 5 fuentes de ingresos.
Ingresos fortuitos
Hacen alusión a los ingresos que surgen de manera inesperada o por única vez, como por ejemplo una herencia, un premio la lotería, regalos, el cobro de un seguro, una indemnización, etc.
La clave aquí no radica en generar estrategias para obtener este tipo de ingresos sino en aprender a administrarlos e invertirlos, de manera tal que el capital recibido genere una renta.
Ingresos financieros
La financiarización de la economía argentina es innegable: nos la pasamos hablando del dólar, la tasa de las Leliqs, el Riesgo País, las reservas del Banco Central y más. En este sentido, nuestro país genera un caldo de cultivo ideal para la proliferación de personas dispuestas a conseguir ingresos invirtiendo dinero, ingresos también conocidos como pasivos.
Plazos fijos, fondos comunes de inversión, fideicomisos de construcción o consumo, bonos emitidos por empresas o el Estado, inversiones peer to peer (P2P), seguros de retiro y préstamos a particulares o empresas son solo algunos de los ingresos financieros que nos propone generar el mercado.
El primer objetivo de quienes piensen en generarlos es lograr que equivalgan en un inicio al 10% de su ingreso total.
Ingresos patentados
Tienen que ver con la creatividad y la capacidad de invención. No hace falta ser Steve Jobs para generarlos. Lo que se necesita es una idea que derive en un desarrollo que pueda patentarse, a fin de recibir flujos de ingresos provenientes de las ganancias que genere la creación. Hablamos de libros (en formato tradicional o digital), música, franquicias, fotos subidas a sitios especializados y aplicaciones para celulares, entre otros productos.
Previo a la difusión de Internet, generar ingresos patentados era mucho más difícil. Hoy en día, la red facilita la conexión con la demanda para concretar ventas en cualquier parte del mundo.
Ingresos monitoreados
Provienen de la generación de negocios que se montan a partir de la delegación y/o automatización de sus procesos. Por lo tanto, no requieren nuestra presencia física ni dedicación total, sino que basta con una dedicación parcial para monitorear la generación de esos ingresos semipasivos.
Ejemplos son la creación de un negocio en la economía real donde contemos con una o más personas de confianza para delegar el 100% de las operaciones (desde un maxiquisoco hasta un gran comercio o empresa) y el desarrollo de un sitio de Internet que venda productos o servicios cuyos procesos (de atención al público y venta) se encuentren tercerizados.
Ingresos propietarios
Se originan cuando una persona dueña de un bien o propiedad decide ceder la explotación o el uso del mismo y cobrar un importe por ello. Es por su naturaleza el ingreso que presenta mayores barreras, puesto que debe contarse primero con un capital relativamente importante para adquirir el bien a explotar.
Algunos ejemplos son inmuebles, cocheras y autos en alquiler para ser utilizados como taxis o remises.
Conclusión
Así como los finlandeses tienen decenas de palabras para distinguir la nieve y observan tonalidades donde nosotros solo vemos el blanco, esta columna apunta a que el lector aprenda a discernir entre los distintos tipos de ingresos existentes para poder comenzar a generar ingresos desde fuentes cuya existencia antes desconocía.
Este cambio no ocurre de un día para el otro. Es necesario ponerse metas realistas y escalonadas en el tiempo.
Los interesados deben capacitarse en cada una de estas fuentes de ingresos para luego comenzar a probarlas. La meta es la independencia financiera, que nos hará libres incluso de los vaivenes de la economía argentina.
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