Vos podés trabajar desde tu casa sin jefes, horarios o tediosos y calurosos viajes al microcentro, si decidís convertirte en un trader.
Claro que antes tenés que sortear la “barrera a la entrada” que toda profesión requiere y, en este caso, la misma no es tan visible como en las profesiones tradicionales.
Veremos a continuación como juegan las emociones en la vida de un trader y algunos consejos para tener éxito en esta apasionante tarea.
En el Programa Avanzados que doy en Inversor Global he notado un interés creciente por parte de los inversores en mi experiencia y el conocimiento que poseo sobre el trading de corto y mediano plazo en el mercado de acciones. Eso no me sorprende: con las ventajas que ofrece la profesión de un trader y con la facilidad que nos brindan los avances de Internet para abrir una cuenta en un broker online de los EE.UU., cada vez son más los inversores que deciden comenzar a dedicarse a esto con profesionalismo y seriedad.
Un trader moderno es aquella persona que trabaja en forma independiente desde la computadora de su casa, comprando y vendiendo acciones, opciones o monedas (currencies pairs), manejando dinero propio o de terceros, en busca de tasas de rentabilidad que excedan el 5% mensual. No hay jefes, no hay calurosos viajes al microcentro, los horarios pueden manejarse a piacere, se gana mucho dinero… un sueño hecho realidad.
Pero veamos cuales son los aspectos importantes a tener en cuenta para aquellos que les interese trabajar de esto.
Las emociones del Trader
El miedo (a perder dinero), la codicia y la impaciencia son las emociones más comunes a la hora de poner en juego nuestro dinero o el de terceros, y la forma en la cuál nos relacionemos con las mismas puede ser la diferencia entre el éxito o el fracaso del trading.
Básicamente, he detectado tres approach totalmente distintos de los operadores sobre este tema:
1) Hay que dejarse llevar por el instinto y operar según lo que uno sienta.
2) Hay que darle importancia a las emociones y operar exactamente de la manera contraria: si tengo miedo compro y si experimento seguridad y codicia vendo.
3) No hay que dejarse llevar por las emociones.
Mi experiencia personal muestra que todo inversor que comienza a dar sus primeros pasos como trader debe necesariamente optar por la tercera opción, y a continuación voy a fundamentar brevemente esta afirmación al profundizar en cada una de estas tres posiciones.
1) Dejarse llevar por los sentimientos: ¿Yo tengo sentimientos o los sentimientos me tienen a mí?
Los que estamos en el mercado, operando desde hace mucho tiempo, sabemos algo que muy pocos se animan a discutir: el mercado es maniaco-depresivo.
¿Qué quiere decir esto? Que un día puede estar eufórico sin ningún motivo aparente, y que al día siguiente puede estar totalmente deprimido, también sin razón alguna.
Subas de 2% diarias en los principales índices bursátiles pueden tranquilamente ser acompañadas de bajas de mayor magnitud al día siguiente, y noticias que antes eran tomadas con gran entusiasmo luego pueden ser tomadas con suma desconfianza.
En medio de esta ciclotimia que son las bolsas mundiales en la actualidad dejarse llevar por los sentimientos puede ser muy peligroso para el inversor, sea principiante o avanzado.
Los cambios repentinos de humor en el mercado son moneda corriente, y dejarse llevar por los sentimientos que despiertan en nosotros es poco menos que suicida.
2) Operar de manera contraría a la manada: ¿Quieres ser George Soros?
George Soros dice que esta es la táctica que el utiliza: dá por sentado que los mercados siempre se equivocan.
Con lo cuál, si queremos ganar dinero, solo tenemos que hacer lo contrario: comprar cuando todos venden y vender cuando todos comprar.
Pero…¿somos nosotros como George Soros? ¿Manejamos un fondo de trillones de dólares que puede hacer saltar los Bancos Centrales de varios países no desarrollados? ¿Tenemos su experiencia y la “piel” que él tiene con el mercado?
Me atrevo a ponerlo en duda.
Nadar en contra de la corriente puede ser muy peligroso, hace falta tener mucho valentía y seguridad en lo que se está haciendo, y así y todo muchas veces se corre el riesgo de ser “limpiado” por el mercado, si el tiempo que tarda el mismo en darse cuenta de su error excede lo que podemos aguantar en función de nuestra reserva de capital.
Como se ve, una opción no apta para cardíacos.
3) Dejando las emociones de lado: Seamos más técnicos y menos emocionales.
Lo dije varias y veces y vuelvo a repetirlo: en el mercado no hay un solo camino que conduce al éxito. Se puede llegar a él de una infinidad de maneras distintas, dado la multiplicidad de variables que intervienen.
En mi caso particular, aprendí con el tiempo que los trades que mejor me salían eran aquellos en los cuales dejaba los sentimientos de lado.
¿Cómo se puede hacer para aislarse de los sentimientos, habida cuenta de que vivimos rodeados de noticias, comentarios de colegas, periódicos, etc…?
Puedo aislarme de los sentimientos siendo lo más técnico posible, aprendiendo sobre Análisis Técnico y sus principales indicadores y osciladores.
De esta manera, dejo que las herramientas de esta corriente (como tendencias, medias móviles, RSI, etc…) me digan en que momento comprar o vender, independientemente de la locura reinante.
Se trata de trazar puntos técnicos de entrada o de salida en momentos de frialdad (ideal realizar los estudios cuando el mercado está cerrado y no durante la rueda de operaciones) y luego respetar, en momentos de tensión y nerviosismo, el plan ideado.
Operando mediante el Análisis Técnico le damos más sustento a nuestros trades, y eso debe darnos la seguridad necesaria para capear la tormenta o surfear las olas.
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