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Cómo vencer el analfabetismo financiero

Especial de Nicolás Litvinoff para el diario La Nación.

“Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no sepan aprender, desaprender y reaprender”
Alvin Toffler

El autor de esta frase fue un escritor y futurista estadounidense, que escribió libros como “El shock del futuro” y “La tercera ola”, best sellers internacionales durante muchísimo tiempo.

Alvin Toffler falleció a los 88 años el 27 de junio y dejó un legado digno de ser estudiado y analizado.

A modo de homenaje, tomaremos hoy la frase citada y la extrapolaremos al campo de las Finanzas Personales, profundizando sobre los aspectos financieros que debemos aprender, desaprender y reaprender para dejar atrás el analfabetismo en temas de dinero.

Lo que aprendemos

En el colegio nos enseñan a leer y escribir, de manera tal que podamos dejar de ser analfabetos ni bien estamos mentalmente capacitados para ello.

En el campo de las Finanzas Personales, en cambio, la situación es totalmente distinta, ya que, como hemos marcado en reiteradas oportunidades, no existen materias en ningún nivel educativo (primario, secundario o universitario) en donde se aprenda a generar y administrar el dinero, creando con esto un “agujero” educativo realmente importante y llamativo.

¿Cuáles son las causas de este vacío educacional? Podríamos arriesgar una respuesta en la siguiente línea: los analfabetos financieros se endeudan, y la dinámica de la economía capitalista actual a nivel global se basa en la deuda.

Para entender este paralelismo, imaginemos un mundo en donde aquellos que no saben leer y escribir y quieren hacerlo deben pagarle a los que si saben para que lo hagan por ellos. Si el 95% de la población es analfabeta deberá entonces trabajar para generar recursos que serán trasladados en gran parte al 5% de la población “culta” cada vez que quieran informarse, leer un libro o escribir.

Esto es lo que sucede actualmente a nivel financiero cuando nos damos cuenta que la sociedad actual, en términos económicos, es muy simple: se basa en quién le debe a quién. O estás del lado de los que deben (hipoteca, créditos a consumo, tarjeta de crédito, adelantos de sueldo, etc…) o de los acreedores (inversores, bancos, financieras, etc.). De un lado están los analfabetos y del otro los cultos, financieramente hablando.

Lo que aprendemos sobre el dinero entonces lo hacemos en el núcleo familiar y no en una institución especialmente preparada a nivel pedagógico, como debería ser, con todas las distorsiones que ello implica.

Al mismo tiempo, el bagaje financiero que nuestros padres nos enseñan se sustenta en lo que aprendieron de nuestros abuelos más las enseñanzas que adquirieron con su propia experiencia. El problema aquí es que muchos de nuestros abuelos vinieron a la Argentina escapando de crisis financieras y hambrunas devastadoras hace casi 100 años, mientras que nuestros padres vivieron e hicieron sus experiencias en un mundo donde la informática que revolucionó la economía hace 25 años prácticamente no existía.

Resumiendo, esto es lo que aprendemos de nuestros padres y abuelos:

Meta financiera más importante: el techo propio

Para ganar dinero debes sacrificarte y trabajar a destajo

Deja las finanzas para los “especialistas”, preocupate solo por trabajar

Estudiá carreras universitarias con salida laboral y recibite, sé un/una profesional

Ganá dinero, cubrí los gastos y si sobra algo pagá deudas o ahorrá para los “días de tormenta”

Estos “mandamientos” son los que gran parte de nosotros aprendimos en nuestra casa referido al dinero, pero yo traigo noticias al respecto: su aplicación no nos alfabetiza financieramente hablando, ya que son enseñanzas que están desactualizadas, no aplican más.

Como fundamentaremos a continuación y siguiendo los consejos del viejo Alvin, debemos “desaprender” por completo todo esto si queremos alfabetizarnos en temas monetarios.

Lo que desaprendemos

No hay que subestimar el acto de desaprender, ya que su falta de concreción es lo que impide que podamos incorporar nuevas enseñanzas que corren en sentido contrario a lo ya aprendido. Mientras más nos aferremos a lo ya aprendido, es decir, mientras más conservadores seamos con lo que nos enseñaron nuestros padres/abuelos, menos capacidad tendremos para alfabetizarnos en temas de dinero.

Para pensarlo en términos informáticos: no se trata aquí de liberar espacio en el disco rígido de nuestra cabeza eliminando viejos archivos o sobrescribiendo los mismos. Estamos hablando aquí de dejar de pensar en este tipo de almacenamiento arcaico y comenzar a hacer nuestros los nuevos conceptos disruptivos que ahora guardaremos en la cloud (nube en español, término que se utiliza en sistemas para designar a la información que se sube y se almacena en la web y no en espacios físicos). Estamos hablando de un cambio de paradigma financiero.

Lo que debemos desaprender entonces es:

Meta financiera más importante: el “techo” propio

Establecimos anteriormente que un deudor es un analfabeto financiero, y en la mayoría de los casos la compra del “techo” propio será posible solo vía una hipoteca bancaria o similar.

En la economía del siglo pasado en donde la propiedad privada era lo más importante para el cimiento de los engranajes sociales, el techo propio tenía sentido. Actualmente, los millennialls entendieron rápidamente que la importancia está en el disfrute y no en la posesión.

Para ganar dinero debes sacrificarte y trabajar a destajo

La mayoría de la gente trabaja de 10 a 12 horas por día y no está ni cerca de tener sus problemas financieros resueltos. Anteriormente, cuando sólo existían los terratenientes y prácticamente no había otra manera de obtener ingresos que no sea vía el pago por hora trabajada, esta afirmación tenía sentido.

Hoy en día y como veremos más adelante, es posible separar la relación entre tiempo y dinero, es decir, entre lo que hacemos con nuestro tiempo y lo que hacemos para generar ingresos.

Deja las finanzas para los “especialistas”, preocupate solo por trabajar

Esta frase quizá podría tener algún sentido si viviésemos en una sociedad sin conflictos de intereses. Pero dado que el ejecutivo de cuenta del banco que nos asesora responde a los intereses de su patrón y por ende podría llegar a recomendarnos instrumentos financieros que no sean los apropiados para nuestro perfil de inversores (en esta nota encontrarás más información sobre los “buitres” de tu bolsillo) debemos también desaprender esta enseñanza.

Estudiá carreras universitarias con salida laboral y recibite, sé un/una profesional

Pocos de nuestros abuelos estudiaron una carrera universitaria, y tener un hijo “profesional” se transformó en un objetivo importante de sus vidas que luego trasladaron a sus hijos (nuestros padres). Si bien la educación universitaria sigue siendo muy importante, sabemos que hoy en día recibirnos no nos garantiza nada, y menos si lo hacemos solamente por el título en sí y no estudiando algo que realmente nos apasione.

Ganá dinero, cubrí los gastos y si sobra algo pagá deudas o ahorrá para los “días de tormenta”

Es la vieja cuenta del “almacenero”: ganá, pagá y si sobra ahorrá. El problema de esto es que la mayoría de las veces (y más aún hoy en día con la pérdida del 12% en el poder adquisitivo en lo que va del año) no queda nada para ahorrar si seguimos esta cronología.

Lo que reaprendemos

Con respecto al techo propio, en esta columna podrás ver más argumentos que justifican esta postura acerca de que hoy en día es más conveniente alquilar antes que comprar.

En lo referido al trabajo, el sacrificio y el dinero, es posible cambiar la ecuación de tiempo-ingresos, tiempo-ingresos, tiempo-ingresos por tiempo-tiempo-tiempo, ingresos-ingresos-ingresos-ingresos-ingresos; gracias a la generación de ingresos pasivos. En esta columna podrás profundizar al respecto.

Dejar las finanzas para los especialistas dejó de ser una opción en base a los motivos expuestos. Frente a ello, no queda otra que capacitarse, interesarse por las finanzas personales y aprender al respecto, como lo estás haciendo al leer esta nota y cuando investigas a nivel autodidacta.

Es innegable hoy en día que la gente que tiene éxito financiero trabaja de lo que le gusta, pero no necesariamente trabajar de lo que te gusta te llevará a ese lugar. Lo principal es encontrar tu potencia, es decir, aquella actividad en la cual el tiempo se pasa volando y que harías aunque no te pagasen por ello, y luego usar Internet y otras herramientas para “monetizar” tus conocimientos o vender tu producto encontrando la demanda (que seguramente existe) en cualquier lugar del mundo en donde se encuentre.

Por último, el viejo modelo de cobrar, gastar y ahorrar lo que queda puede ser reemplazado hoy en día por el nuevo enfoque de las Finanzas Personales llamado “Páguese a usted primero”, que podrás aprender en esta columna publicada el año pasado: El nuevo enfoque de las finanzas personales.

Conclusión

Drones volando nuestros cielos, vidas en real time trasmitidas por video en Facebook, monederos virtuales, coches que se manejan solos.los tiempos cambian y las finanzas también.

Aprender, desaprender y reaprender es hoy el único camino para poder lograr la cultura financiera que nos permita acceder a una mejor calidad de vida, en donde el dinero se convierta en un medio para disfrutar de nuestra existencia y no de un fin en sí mismo.

En honor a ese gran visionario que fue Alvin Toffler, abandonemos el analfabetismo financiero y revolucionemos nuestras finanzas adecuándonos al presente que nos toca vivir.


¿Quiere que el dinero se transforme en una fuente de satisfacción en vez de una fuente de preocupación en su vida?

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