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El "dinero fácil" y tus finanzas personales.

Especial de Nicolás Litvinoff para el diario La Nación.

“Cómo hacer dinero rápido hoy mismo”, “4 formas de ganar dinero fácil”, “Dinero fácil y rápido” y “La fórmula para ganar dinero fácil y rápido por Internet” son solo cuatro de los casi 15 millones de resultados que aparecen en Google referidos al dinero que se podría acumular de manera sencilla, lo que demuestra no solamente el interés existente de los usuarios sino también la potente industria armada en torno a la cuestión.

Se dice que existe sinergia cuando 1 + 1 es más que 2, cuando dos elementos unidos alcanzan un resultado superior al que supondría su sumatoria simple. En el caso de las palabras “dinero” y “fácil”, el concepto aplica: al juntarlas en una misma oración parecen formar un equipo indestructible. Sin embargo, ese mismo equipo puede generar ambición y ceguera en muchas personas, que terminan llevando una vida totalmente equivocada en su relación con lo material, el trabajo y el desarrollo personal.

Para aquellos que trabajamos en el campo de las Finanzas Personales buscando llenar el vacío pedagógico existente en la materia, el sueño del dinero fácil que aturde a muchas mentes resulta un escollo permanente a la hora de enseñar los conceptos básicos referidos a los pilares de ingreso, ahorro, gasto e inversión.

Pero aparentemente no basta con gritar a los cuatro vientos que el dinero fácil no existe para que la gente cambie su programación mental de una vez por todas y deje de vivir insatisfecha mientras espera encontrar alguno de los caminos utópicos que, de acuerdo con su creencia, la volverá millonaria a partir de un golpe de suerte o de aciertos interminables (e imposibles).

A continuación, analizaremos los pormenores de este apasionante tema en relación a las cuatro vertientes de las Finanzas Personales sobre los que ya venimos trabajando: Ingreso, ahorro, gasto e inversión.

Ingresos y dinero fácil

Empezamos por la parte más sencilla, dado que en lo relativo al ingreso es donde más claramente puede apreciarse la influencia de este tipo de mentalidad y los daños que provoca. En el universo de los ingresos fáciles, podemos ubicar:

La lotería y los juegos de azar en general: ¿Qué puede ser más fácil que ir hasta la agencia de lotería del barrio y comprar un billete para volvernos millonarios de un día para el otro? Lamentablemente, las estadísticas nos dicen que es más probable que nos caiga un rayo en una noche de tormenta que acertar con los números ganadores de la lotería (según estudios hechos por el profesor Víctor Muñoz, de la Facultad de Ciencias Universitarias de Chile, la probabilidad de ganar el loto es 1 en 4,5 millones).

Eso sí: las agencias de azar se ocuparán de que el testimonio de aquel afortunado entre millones de personas que malgastan su dinero todas las semanas en este tipo de juegos nos haga creer que pudimos ser nosotros o, mejor aún, que fácilmente podemos ser el/la próximo/a ganador/a.

El telar de la abundancia, el avioncito y otros esquemas Ponzi: ¿Qué puede ser más fácil que aportar una suma de dinero pequeña ahora, convencer a amigos y familiares que entren también en el “juego” y esperar luego nuestro turno para cobrar lo que pusimos multiplicado por 10? No importa el nombre ni la creatividad a la hora de clasificar los distintos tipos y etapas de cada una de estas propuestas que cada tanto nos llegan. En todos los casos, se trata de variaciones más o menos conocidas de un tipo de estafa conocida como “Esquema Ponzi”, donde las ganancias de sus miembros se basan exclusivamente en lo que aportan los nuevos inversores. Todo funciona de maravillas por un tiempo, hasta que al administrador del fondo de dinero que no gana lo que dice que gana le cuesta conseguir más gente interesada en apostar su dinero y el sistema colapsa violentamente, dejando a los que no salieron rápido sin nada.

Ahorro y dinero fácil

Ahorrar tiene que ver con postergar un deseo presente para cumplirlo con creces en un futuro cercano o lejano. En consecuencia, es muy difícil que la vocación de ahorro surja en un personas que sueñan con el dinero fácil. Muchas de ellas encuentran un término para camuflar su conducta poco saludable:

El ahorro “forzado”: ¿Qué puede ser más fácil que ahorrar mientras consumimos o mientras estamos materializando un deseo? Bajo esta falsa premisa, mucha gente cae en la trampa de creer que se está forzando a ahorrar cuando toma un crédito para la compra de una casa o un auto. Algunos, incluso, afirman que lo que están haciendo es una inversión.

Pero la realidad muestra que gran parte de lo que “ahorran” esas personas todos los meses se va en el pago de intereses al prestamista, cuando, por ejemplo en el caso del 0 KM, están adquiriendo un bien que además del moño que acompañará la carrocería incluirá una cantidad de gastos fijos que muchas veces no son tenidos en cuenta y que lo transforman más en un pasivo que en un activo.

Además, al producir este “ahorro forzoso” estarán pagando gastos administrativos, de gestión y demás cargos que no existirían si se decidiesen a ahorrar el dinero por su cuenta buscando luego darle un destino que no sea de consumo sino de inversión.

No existe el camino fácil hacia el ahorro, pero ello no quiere decir que haya que sacrificarse constantemente: Como lo venimos estudiando en entregas anteriores, el ahorro es una cuestión de hábitos que, una vez asimilados, facilitan el camino de una manera real y orgánica.

Gasto y dinero fácil

Que gastar dinero sea algo cada vez más sencillo es una cuestión que obnubila a los departamentos de marketing de las grandes empresas. A la luz de los resultados, estas firmas están haciendo muy bien su trabajo: Basta con un simple click (o un touch) para comprar fácilmente desde nuestras casas o con pasar la tarjeta de crédito por el posnet del comercio que queramos.

Así como analizamos al comienzo de esta nota el tándem supuestamente imbatible que forman “dinero+fácil” en un mismo párrafo, en lo referente al gasto podemos presentar otro equipo igualmente poderoso: “cómodas+cuotas”.

Las cómodas cuotas: Si algo es incómodo, entonces no es sencillo. De esto se desprende que lo cómodo debería ser fácil, por lo que comprar en “cómodas cuotas” es claramente una manera de acceder al dinero fácil representado en la adquisición de un bien o servicio de manera simple y sin demasiado análisis.

De la misma manera que definimos el ahorro como la prostergación de un deseo presente para cumplirlo con creces en un futuro cercano o lejano, el gasto en cómodas cuotas representa el cumplimiento de un deseo presente que puede traer consecuencias nocivas a mi economía doméstica en un futuro cercano o lejano, al no tener en cuenta aspectos importantes, como el Costo Financiero Total que deberé afrontar en caso de no poder cancelar todos los meses el total del resumen de la tarjeta de crédito.

Inversión y dinero fácil

En lo que atañe a la inversión, podemos ver de manera sencilla el modus operandi de la mentalidad del dinero fácil, sobre todo en lo referido a la inversión en Bolsa.

La Bolsa como casino: ¿Que más fácil que invertir todos nuestros ahorros en el “dato” que nos pasaron acerca de esa empresa que promete convertirse en la nueva multinacional o la nueva estrella del mundo corporativo y multiplicar por 100 nuestro capital en pocos meses?

Es normal que aquel que comienza a interesarse en invertir en la Bolsa lea los casos de inversores exitosos que se hicieron millonarios gracias a la compra de acciones de una empresa puntual, pero, al igual que con la lotería y los juegos de azar, nada nos dicen acerca de los millones de inversores que lo perdieron todo por destinar sus ahorros en el mercado buscando el dinero fácil y sin haber haberse capacitado previamente.

Seguir las recomendaciones de analistas o conocidos sin capacitarse ni realizar un análisis propio es la manera más rápida de perder dinero en los mercados, como lo podrá confirmar cualquier inversor experimentado con el que uno hable.

“There is no free lunch on Wall Street” (no existe el almuerzo gratis en Wall Street), reza una frase muy conocida en los mercados. Este principio hace alusión a la falsa creencia de que en la plaza neoyorquina, donde cotizan miles de acciones, se hace dinero fácil. Lo contrario, por suerte, nos enseñan las películas del genero: Quienes no estudian, no miden el riesgo y ceden a la quimera de las rentabilidades astronómicas en poco tiempo,terminan por lo general en bancarrota.

Conclusión

Según lo expuesto hasta aquí, cabe preguntarse por qué la gran mayoría de la gente sigue optando por el camino equivocado o fácil a la hora de actuar en relación con el dinero en detrimento de un enfoque mas realista de las Finanzas Personales y más sano para su economía doméstica.

Seguramente, la respuesta es más compleja de lo que pensamos y depende de una multiplicidad de factores, como la pereza mental, la falta de sueños concretos y metas realmente propias, el deseo de consumo en el aquí y el ahora estimulado por el marketing de las grandes empresas, etc.

Aceptar que el camino del dinero fácil no funciona ni siquiera en el mejor de los escenarios (quien gana una fortuna por obra del azar, al no estar capacitado para administrarla es capaz de dilapidarla) es un paso difícil pero real que necesitamos dar para madurar en el manejo de nuestras finanzas.

Una vez que demos ese paso comprenderemos que, efectivamente, lo fácil sale caro en el mundo de las Finanzas Personales, pero también que lo aparentemente difícil se vuelve bastante sencillo si nos capacitamos.


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