Especial de Nicolás Llitvinoff para el diario La Nación.
Tengo una teoría acerca de la razón por la cual la mayoría del contenido sobre Finanzas Personales disponible en Internet remite a lugares comunes como “gastar menos de lo que ingresa”, “llevar presupuesto de gastos” o “ahorrar para tu jubilación”.
Se debe -siempre desde mi perspectiva- a la carencia de ideas para hacer frente a la ansiedad de los lectores que consultan sobre el tema. Resulta más sencillo brindarles soluciones mágicas que reales para hacerles creer que existen formas de ganar dinero fácil, desendeudarse rápidamente o, directamente, hacerse millonarios comprando las acciones de la supuesta “joya del mercado”.
La ansiedad es la peor enemiga de los lectores y obliga a muchos generadores de contenidos a plantear consigo mismos un debate que suelen resolver sin cuidar los límites de la moral: mentir y proponer recetas financieras de pobre consistencia o tomarse el trabajo de estudiar e investigar para ofrecer las mejores opiniones dentro de sus posibilidades.
En mi caso, prefiero no decirles lo que deben hacer con su dinero sino compartir estrategias que me resultaron muy beneficiosas. Por supuesto, no llegué a ellas sin esfuerzo ni de un día para el otro.
Hoy vamos a reflexionar acerca de los 3 ejes de generación de ingresos sobre los que debemos trabajar para transformar nuestra realidad financiera con el objetivo de apuntar a la independencia económica: Cuerpo, ideas y dinero.
Dado que más del 90% de la gente trabaja pura y exclusivamente en el primer eje, partiré de la base de que vos, lector, formás parte de ese grupo: Generás ingresos “poniéndole el cuerpo” al trabajo, ya sea en relación de dependencia o actuando como “empresario de vos mismo”.
Cómo reducir la ponderación del eje “cuerpo”
Si trabajás 9×6 (9 horas por día, 6 días a la semana) estás seguramente en uno de estos dos grupos:
Aquellos que se viven quejando de todo pero se refugian en que la mayoría de la gente está en la misma, por lo que no hay nada que hacer al respecto.
Aquellos que viven su situación de exceso laboral como algo temporal y están continuamente buscando cambiar la realidad.
Hubo una época en que trabajé al 100% con el cuerpo en distintas empresas de la City. Entonces, me funcionó comenzar a correrme de ese eje sin dar saltos al vacío sino realizando cambios graduales. Repetí conmigo: “Las soluciones mágicas no existen”.
Lo primero que comprendí fue que acudir todos los días a un lugar de trabajo implica perder mucho tiempo tanto en el viaje como a raíz de las distracciones que surgen al tener que dedicarnos a proyectos de terceros que no siempre nos interesan.
Por entonces, mi cálculo arrojaba que el tiempo dedicado al trabajo equivalía solo al 60% del tiempo total destinado a ese empleo. Hoy, con Internet a mano, seguramente esa proporción disminuyó.
Para quienes pretendan seguir en su rubro y bajo una relación de dependencia, la solución pasa por aprovechar la modalidad cada vez más extendida del teletrabajo. Es cuestión de convencer a tu empleador de que trabajando desde tu casa aumentarás tu productividad y ayudarás a reducir el ausentismo laboral, la conflictividad entre empleados, etc.
Al mismo tiempo, trabajar desde tu casa te permitirá contar con más tiempo libre para realizar inversiones que te darán ingresos pasivos (el eje “dinero”). Si ya trabajás por tu cuenta, entonces la tenés un poco más fácil: te ahorrarás el trámite para pasar del empleo en oficina al trabajo en tu hogar.
Cómo aumentar la ponderación del eje “dinero”
¿Sabés qué significa que desde los medios nos digan que volvió la época de la bicicleta financiera? Que es un excelente momento para generar ingresos pasivos financieros y aprovechar las altas tasas que ofrecen el mercado local a través de plazos fijos, Lebacs, Letes, bonos del Estado, finanzas colaborativas y fondos comunes de inversiones, entre otras alternativas.
¿Sabés por qué las reservas del Banco Central alcanzaron un nuevo récord histórico? En gran parte, porque los inversores extranjeros cambian sus dólares por pesos para aprovechar las altas tasas de interés, dejando esos dólares en las arcas del BCRA. Si llegan inversiones financieras desde lugares tan remotos como Hong Kong, Europa o EE.UU., ¿por qué vos te vas a quedar afuera? Hay que aprovechar el “local knowledge” (conocimiento local) y disfrutar del árbol que nos regala el fruto maduro de los ingresos pasivos. Con ellos, tu ingreso total crecerá y crecerá.
En este punto, lo primero que debés tener en cuenta es la relación entre rentabilidad y riesgo. En este link encontrarás mis mejores ideas sobre el tema.
Luego es importante que abras una cuenta en una sociedad de Bolsa. ¿Pensás que el mercado financiero es una timba? Ya te demostré lo contrario. De todos modos, si no querés invertir en acciones por su alta volatilidad (suben y bajan todo el tiempo), en una sociedad de Bolsa podés adquirir instrumentos que un banco no te ofrece. Además, reducís el costo por comisión puesto que las sociedades cobran menos que las entidades bancarias.
Abrir una cuenta en una sociedad de Bolsa es más sencillo que abrirla en un banco. Muchas, incluso, no tienen costo de mantenimiento. Aquí encontraras direcciones y teléfonos útiles para dar este paso: http://www.cnv.gob.ar/advertencias/listado/agentesdelpais.htm.
No importa con cuánto capital comiences. Pueden ser 2000, 5000 o 10000 pesos. Lo importante es la satisfacción que sentirás cuando comiences a generar ingresos pasivos. En ese momento el eje “cuerpo” ya no estará funcionando al 100% sino que el eje “dinero” tendrá su participación creciente en el total de tus ingresos.
Cómo aumentar la ponderación del eje “ideas”
Reitero: estos no son consejos generales sino que comparto el modus operandi que en mi caso funcionó.
Al liberar tiempo con el teletrabajo y generar ingresos pasivos con las inversiones, experimenté un doble impacto que me permitió trabajar cada vez menos en relación de dependencia y ganar cada vez más dinero con mis ahorros.
Al mismo tiempo, a partir de las horas destinadas al ocio y la tranquilidad mental, afloraron en mí ideas para generar más ingresos. El desafío era cómo llevarlas a la práctica poniendo el cuerpo lo menos posible.
Después de un tiempo, comprendí que debía hacer lo siguiente:
Crear un sistema para atender las demandas de los clientes interesados en los servicios que yo pueda ofrecer.
Lograr automatizar ese sistema para que no requiera de mi trabajo constante y, sin embargo, atienda las demandas de nuevos clientes. Se puede contratar empleados o tercerizar el servicio a través de empresas dedicadas a automatizar procesos de administración, venta y cobro de un producto vía Internet.
El negocio debe ser escalable. Esto quiere decir que su expansión no debería requerir un gran esfuerzo en términos de trabajo corporal. El costo marginal (el de atraer un nuevo cliente o lograr una nueva venta) debería ser muy bajo, casi despreciable. Por supuesto, ofrecer un servicio o producto intangible puede facilitar las cosas, aunque no es condición sine qua non para lograr el objetivo.
Conclusión
¿Es tan difícil seguir estos pasos? Más complicado para nuestras mentes me parece trabajar 216 horas por mes en proyectos de terceros mientras observamos tristemente cómo se nos escapa la vida.
Además, a medida que vamos obteniendo resultados, el cambio se acelera y cada día caminamos más seguros del cambio que estamos aplicando.
¿Cuál es la fórmula? ¿50% cuerpo, 25% dinero y 25% ideas? ¿40%, 20% y 30%? La proporción ideal no existe. Encontrarás la tuya con el correr del tiempo y hacia ella te dirigirás, siempre con metas realistas.
¿Quiere que el dinero se transforme en una fuente de satisfacción en vez de una fuente de preocupación en su vida?
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