Especial de Nicolás Litvinoff para el diario La Nación
Recientemente se conoció que la inflación de febrero fue del 3,8%. Al desglosar el dato, nos encontramos con que el rubro Alimentos y Bebidas se disparó 5,7% y acentuó la pérdida de poder adquisitivo de la mayoría de la población que, por razones de necesidad, cada día gasta más en los productos básicos y destina menos dinero al consumo de otros bienes y servicios.
Ante el temporal que sacude a la economía argentina, resulta imprescindible apelar a todas las herramientas que tenemos a mano para mantenernos a flote. Entre esas herramientas se cuentan trucos y consejos para reducir el gasto en el supermercado .
Estoy seguro de que la columna de hoy será de gran utilidad para más de un bolsillo devaluado.
1) Evitá pagar la compra del súper en cuotas: Abonar con tarjeta de crédito puede resultar un alivio en el momento, pero en poco tiempo veremos cómo atenta en contra de nuestra salud financiera. En lo inmediato estaremos contentos de pagar solo una parte de la compra al vencimiento de la tarjeta, pero cuando llegue la segunda cuota al mes siguiente entenderemos que nos ganamos un problema antes que una solución. Siempre que no haya promociones realmente convenientes, lo mejor es dejar la tarjeta de crédito en casa y abonar en la línea de cajas con efectivo o débito.
2) Mantenete alejado de los pasillos interiores: ¿Nunca te preguntaste por qué para llegar a las heladeras donde se encuentran los lácteos y otros productos de consumo frecuente tenés que recorrer primero largos pasillos repletos de góndolas? Los supermercados suelen estar diseñados para tentar a los consumidores a comprar artículos que no necesitan en su camino hacia los productos que fueron a buscar. En consecuencia, te recomiendo evitar los pasillos internos más tentadores o bien pasar con la mirada hacia el frente para que no caigan en el changuito sorpresas que encarezcan tu ticket.
3) Comprá “marcas propias”: Las marcas propias de los supermercados suelen ser productos de calidad reempaquetados por las mismas cadenas para poder venderlos a precios inferiores a los originales. Probá reemplazar tu marca favorita pero cara por la marca propia del supermercado para adquirir el mismo producto a un precio más bajo. Ser flexible con las marcas y no casarte con ninguna puede significar un importante ahorro para tu bolsillo.
4) Calculá porcentajes para evaluar seriamente las ofertas: Saber calcular los descuentos anunciados en cifras porcentuales puede derivar en ahorros importantes. Por ejemplo: 50% de descuento en la segunda unidad quiere decir 25% de descuento en ambas. En cambio, 3×2 (llevar 3 al precio de 2) implica un 33% de descuento en cada una. Si bien estos descuentos pueden resultar atractivos a primera vista, a veces esconden información que conviene conocer antes de llevar. Un caso se da cuando los productos en oferta están cerca de vencer. Otro, cuando el valor unitario después del descuento sigue siendo más alto que el de un producto similar de otra marca o igual que el mismo producto de una marca con mejor reputación por la calidad de sus artículos.
5) Mirá arriba y abajo: Un truco habitual de los supermercados pasa por colocar los productos más caros y que le otorgan mayor margen de ganancias a la altura de los ojos, mientras que los más baratos o menos rentables aparecen en los extremos superior e inferior de la góndola. Por ese motivo, te recomiendo apuntar con la vista a todos los estantes y no caer en la comodidad de agarrar lo que tenés a simple vista y más a mano.
6) Adelantá consumo corriente: Lo contrario al primer tip (que puede ser interpretado como financiar el consumo corriente en cuotas) equivale a comprar y guardar productos ahora para evitar, en un contexto de inflación, pagarlos más caros los próximos meses. Para llevar a cabo esta estrategia de manera eficiente, necesitás hacer espacio en la casa y focalizar la compra del supermercado en alimentos no perecederos, de higiene personal y de limpieza hogareña. Además, si realizás esta compra en un mayorista, el ahorro puede rondar nada menos que el 50%, sumando el descuento por el pago al por mayor y la inflación que evitás por anticipar la compra. Que quede claro: la única forma de ganarle realmente a la inflación es planificando la compra a partir de estas consignas y no comprando en cuotas con la tarjeta de crédito.
7) Poné en práctica la Regla de las 3 C: Hablamos de comprar, cocinar y congelar. Claro que esto insume más tiempo que comprar el producto precocido, pero la diferencia de precio entre el “hágalo usted mismo” y el comprarlo ya hecho puede ser notable. Lo mismo corre para las frutas o verduras: mejor cortarlas y prepararlas en casa que pagar la comodidad de no hacerlo.
8) Confeccioná una lista de compras: Es quizá uno de los tips más repetidos, pero también fundamental para tu objetivo. Planificar es un ejercicio clave en el mundo de las finanzas personales . En este caso, consiste en la confección de una lista de productos a adquirir, donde todo lo excluido (siempre que no se nos haya olvidado algo importante) quedará afuera del changuito. De esta forma, difícilmente gastes de más.
9) Elegí el momento de la compra: Según el sitio de consejos financieros Lifehacker, se puede acceder a mejores precios en supermercado evitando ir de compras a la mañana o los fines de semana, dado que es a mitad de semana cuando salen a la venta los productos con una corta vida útil como la carne y los productos lácteos. A medida que avanza el día (y la semana) pueden aparecer ofertas que los supermercados necesitan aplicar para liquidar stock antes de que venza. Según este sitio, el mejor momento para ir de compras es los miércoles al atardecer.
10) Comprá con la tecnología a favor: Comprando Precios Claros es una app muy útil. Se pueden consultar allí valores actuales de góndolas en distintos supermercados y contar así con valores de referencia. Esta información te permitirá saber si el producto que estás a punto de comprar está en precio, caro o barato. Actualmente, la inflación genera una muy alta dispersión de precios (el mismo producto se vende a valores muy distintos en diferentes comercios), situación que nos obliga a estar atentos y llevar adelante nuestra propia investigación en cada la compra.
Conclusión
Como vimos en columnas anteriores, existen distintos tipos de inflación y su comprensión puede resultar muy beneficiosa para nuestros bolsillos, debido a que nos prepara para combatir la suba de precios. Los tips de hoy se complementan con aquella columna para aliviar los gastos sin perder calidad de vida. ¿Tenés alguno otro tip para compartir con nosotros? Me gustaría leerlos en los comentarios. El escenario económico es complicado y lo mejor que podemos hacer como consumidores es ayudarnos.
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