Especial de Nicolás Litvinoff para el diario La Nación
Con el coronavirus, estamos viviendo momentos históricos. Frente a nosotros transcurren sucesos que generan y generarán un sinfín de situaciones desconocidas en la era moderna, como la cuarentena obligatoria y todo lo que ella implica.
En lo que refiere a las finanzas personales, hay un tema que genera inquietud en mucha gente: el acceso al dinero y los ahorros, habida cuenta de las restricciones impuestas por el Gobierno para respetar el aislamiento social. Hablamos del cierre de los bancos en su modalidad de atención presencial al público. Lo mismo ocurre con financieras y casas de cambio.
Supongamos entonces que, debido a una urgencia médica o de cualquier otra índole, una persona que cuenta con ahorros necesita 100.000 pesos en efectivo. ¿Puede contar con ese monto de manera inmediata? Analizaremos distintos escenarios en función de cómo esa persona haya decidido guardar el dinero.
Caja de seguridad bancaria
Tener ahorros para casos de emergencia en una caja se seguridad bancaria ha sido considerado desde siempre una excelente opción por su acceso sencillo y rápido.
Esta modalidad ha superado corralitos financieros y cepos cambiarios. Es la preferida de personas conservadoras desde lo financiero que están dispuestas a sacrificar un posible rendimiento de su capital a cambio de la tranquilidad que genera saber que uno puede tener todo su capital en la mano en el momento que desee, sin dar explicaciones a nadie.
Sin embargo, el inesperado cese de atención al público de los bancos que rige desde el 20 de febrero pasado derivó en la imposibilidad de acceder a las cajas de seguridad mientras dure la cuarentena obligatoria, por lo que la liquidez inmediata se transformó en iliquidez absoluta.
Caja de ahorro y cuenta corriente en pesos
Tener ahorros en pesos sin invertir implica perder dinero mes a mes debido a la inflación, que reduce gradualmente su poder de compra. Para colmo, ante el cierre momentáneo de las sucursales bancarias el acceso al dinero se encuentra limitado por los topes fijados en cajeros automáticos. Por la cuarentena obligatoria, todos los bancos elevaron esos límites. De todos modos, en ningún caso se pueden extraer más de $ 30.000 diarios.
Dinero invertido en la Bolsa local
El mercado financiero a nivel mundial tomó la forma de un tobogán y la plaza porteña no fue la excepción. Por supuesto, hay quienes arriesgan capital y realizan una interesante ganancia de un día para el otro, pero la mayoría de los que juegan con una postura especulativa terminan sufriendo pérdidas. Yendo a la cuestión del cash en manos, quienes liquidan su posición deben aguardar los días habituales hasta el depósito del dinero en sus cuentas y luego retirarlo en cajeros automáticos, con los topes mencionados en el punto anterior.
Dinero depositado en una cuenta de inversiones en EE.UU.
Si una persona tiene sus ahorros en una cuenta de inversión (brokerage account) de Estados Unidos o cualquier otro país del exterior y necesita, por caso, 1250 dólares con urgencia (el equivalente a los 100.000 pesos mencionados al principio de esta columna), no cuenta con los mecanismos necesarios para hacerse de ese capital. Podría transferir ese importe desde su cuenta off shore hasta su cuenta bancaria local, pero se encontraría con dos obstáculos importantes: en primer lugar, la conversión a pesos no contempla el 30% extra que el Estado le cobra a quien compre esos mismos dólares; y, en segundo lugar, se toparía con los límites actuales de la extracción en cajeros automáticos. Podría, eso sí, adquirir bonos o acciones argentinas en el exterior para repatriarlos y venderlos a los precios del dólar que maneja la Bolsa, pero en el medio de la operación se sometería a los fuertes vaivenes que están experimentando las cotizaciones. Para quienes piensan en las “cuevas”, deben saber que la maniobra ilegal es imposible por estos días: esas financieras se encuentran cerradas.
Ahorro en bitcoins y otras criptomonedas
Difícil sería encontrar a alguien que invierta sus ahorros para emergencias en bitcoin (BTC). La volatilidad de su precio es tal que nadie puede pensarlo como un refugio conservador para extraer el capital de un momento a otro.
No obstante, en momentos de cuarentena todo se trastoca y el BTC ofrece una posibilidad que las opciones anteriores no: a través de la página Local Bitcoins, que cruza compradores y vendedores de BTC que viven en lugares cercanos, el inversor puede encontrarse en una farmacia o supermercado con el comprador para realizar la transferencia de los BTC y recibir los pesos equivalentes. Al momento de escribir esta columna, 100.000 pesos equivalen a unos 20 centavos de BTC.
Esta es justamente una de las ventajas que tiene el BTC sobre el resto de los activos financieros: al ser totalmente descentralizado, siempre se podrá operar en cualquier escenario y nadie puede prohibirlo o censurarlo. La única excepción a esta regla sería que no funcione Internet, algo que no debería suceder en tiempos de pandemia y cuarentena.
Dinero en el “Colchón Bank”
Llamamos “Colchón Bank” a los billetes escondidos en algún rincón de la casa, con todos los riesgos que ello acarrea (robo, incendio, deterioro, pérdida, olvido y más).
Bajo el complejo escenario actual, sin embargo, representa la mejor opción de todas en cuanto al acceso al capital para emergencias. Si se encontrase en dólares o alguna otra moneda dura (lo más probable), se mantendría protegido de la inflación, aunque la conversión legal a pesos nuevamente puede complicarse. Para totalizar los $ 100.000, se necesitaría encontrar un comprador de dólares con muchos pesos guardados en su hogar o más de un comprador, aunque varias operaciones implican riesgos mayores de robo o pérdida.
Conclusión
El objetivo del tema analizado en la columna de hoy consiste en reflexionar sobre qué es nuestro y qué no en términos de capital, definiendo como un derecho propio el acceso inmediato y bajo cualquier circunstancia a nuestros ahorros.
Luego de repasar los casos presentados, está claro que el BTC y el “Colchón Bank” son las únicas opciones mediante las cuales sabemos que lo que tenemos es realmente nuestro.
Claro, nadie va a tener el grueso de sus ahorros bajo estas modalidades por sus riesgos inherentes, pero la “coronacrisis” nos obliga a repensar muchas costumbres y esta es una de ellas. No parece mala idea volcar una parte pequeña de los ahorros en estas alternativas para estar más tranquilos en momentos de nerviosismo y prohibiciones.
Esperemos que esta pesadilla termine pronto y podamos volver al tránsito normal, tanto social como financiero.
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