Especial de Nicolás Litvinoff para el diario La Nación
Aunque con excepciones, el aislamiento obligatorio prolonga y acelera, por las malas, algunas transformaciones que ya se estaban dando en lo que refiere a los ingresos económicos y las operaciones financieras.
Hay casi 30% de habitantes en nuestro país que no están bancarizados. Son 12 millones de personas que se encuentran en proceso de bancarización forzado, donde el dinero físico cede ante el dinero electrónico por miedo al contagio de coronavirus por manipulación de billetes y monedas.
En la columna de hoy repasaremos consejos dirigidos a aquellas personas que están ingresando al mundo de las nuevas (y no tan nuevas) tecnologías para cobrar dinero o pagar.
¡Ánimo! Al principio resulta engorroso, es cierto, pero las ventajas que otorga el mundo electrónico son extraordinarias.
Comencemos de lo más fácil a lo más difícil.
El alias, el token y las transferencias bancarias
Se trabaja a distancia y se cobra y se paga por transferencia bancaria.
Personas con ataques de pánico ante las temidas palabras home banking ahora no tienen escapatoria: deben aprender a utilizar estos servicios que proveen los bancos si quieren seguir percibiendo dinero a cambio de sus servicios o adquirir productos, pagar impuestos, etc.
Si bien cada banco tiene su sitio web, en general todos se parecen bastante. Así, para realizar una transferencia bancaria, primero se debe registrar la cuenta de destino (la cuenta de la persona o empresa a la que le vamos a transferir el dinero) cargando los datos que nos suministró previamente.
Como el CBU es muy largo, cada vez más se utiliza el alias de la cuenta conformado por tres palabras separadas por un punto. Imaginemos un ejemplo: hombro.cabeza.hogar. Al cargarlos en nuestro home banking hará que aparezcan todos los datos del destinatario. Esos datos los debemos revisar para constatar que, efectivamente, se trata de esa persona. Se trata del número de CUIL o CUIT, nombre y apellido del titular de la cuenta, tipo de cuenta (si es cuenta corriente o caja de ahorro) y banco. Al mismo tiempo nuestro propio Alias y demás datos para transferencia se encuentrarán siempre visibles dentro de nuestra cuenta, en caso de que nos deban realizar una transferencia podérselos informar a la persona en cuestión.
En muchos casos, existe una contingencia que debe ser sorteada la primera vez y donde muchos quedan atrapados. Se llama “token”. Es un código de seguridad que se utiliza para validar la transferencia. Para obtenerlo se necesita descargar en un smartphone la app del banco, ir luego a un cajero automático y realizar el trámite de alta. El banco provee las instrucciones. Aquí les dejo el link del instructivo de uno de los bancos.
Una vez dado de alta vía cajero automático el token de la app, tendremos el código numérico (que suele ser de 6 dígitos) para cargar cuando lo solicite el sistema. Atentos: este código se va regenerando cada 35 segundos, aproximadamente, por lo que debemos colocarlo rápidamente para que no pierda vigencia y nos veamos obligados a solicitar un nuevo código, que, de todos modos, nos llegará de inmediato al celular.
El token, además, nos servirá para realizar otras operaciones online, como pagar servicios e impuestos.
Por último, para aquellos que tienen miedo que algún hacker se meta en la cuenta bancaria y les robe el dinero transfiriéndolo a otro destino existe un mecanismo muy eficaz para que ello no suceda: por cada transferencia que se haga desde nuestra cuenta nos llegará por teléfono o por mail (a veces por ambas vías) una notificación instántanea de que la operatoria se está efectuando. Si no se ha ordenado ese movimiento, entonces debemos comunicarnos de inmediato con el banco y el mismo será anulado.
Una vez realizado este trámite, podremos transferir dinero desde la comodidad de nuestra casa. En este link podés leer algunos consejos de seguridad muy útiles para el uso del home banking.
Pago de servicios de manera online
Las colas en los bancos y lugares habilitados para el pago de servicios e impuestos deberían ser parte del pasado. Sin embargo, hasta en cuarentena siguen existiendo.
En lo personal, vengo pagando de manera online los impuestos desde hace más de 10 años.
Esto se puede hacer desde el mismo sitio del banco o ingresando a la página de “Pago mis cuentas” que suele figurar en la web del banco donde tenemos cuenta, una vez que nos logueamos en nuestra cuenta. Es posible que, para poder ingresar a Pago mis cuentas, nos pidan el token de seguridad que aprendimos a dar de alta y utilizar más arriba.
Luego, debemos buscar en la boleta de servicio el “pago electrónico Banelco” (o el que corresponda), que suele figurar debajo del importe a pagar y del vencimiento. Se debe cargar como un servicio nuevo por única vez. A partir de entonces nos aparecerá la opción de pagarlo todos los meses o cada dos meses, según la frecuencia de cobro de la empresa.
En Pago mis cuentas, el dinero se debitará de la cuenta del banco. Si pagamos desde el home banking, en algunos casos podremos sumar al resumen vigente de la tarjeta de crédito.
El sistema nos enviará mails recordatorios antes de cada vencimiento, por lo que podremos dormir tranquilos.
Si bien los recibos de pago quedan almacenados en nuestra cuenta de Pago mis cuentas, recomiendo crear una carpeta en el escritorio de la computadora con el título “Comprobantes de pago” e ir descargando allí los archivos por si en algún momento debemos realizar un trámite vinculado con ese servicio o presentar una boleta que acredite la dirección donde vivimos.
Al igual que con el token, la primera vez puede resultar algo engorroso, pero el ahorro de tiempo y energía futuro, más la seguridad de no tener que salir de casa seguido en tiempos de coronavirus, compensa con creces el esfuerzo inicial.
Conclusión
Para la gran mayoría de los habitués de esta columna, hemos tocado temas demasiado simples. No obstante, estoy seguro que conocen a más de una persona a la que este artículo puede servirle y mucho. A esa persona le pueden hacer un favor reenviándole el artículo por WhatsApp, por ejemplo.
Por otra parte, para quienes vengan manejándose con una tarjeta de coordenadas en lugar del token, solo decirles que no se la muestren a nadie ni ingresen todos los números juntos en ningún sitio web. Solo ustedes deben tener acceso a ella y ver qué números corresponden a cada casillero cuando el banco se los pregunte previo a una operación (les pedirá dos casilleros).
En las próximas entregas volveremos a hablar de bitcoins, fintech, inversiones bursátiles y demás temas más complejos. Las finanzas personales son nuestro mundo. Esta fue una pausa para ayudar a parte de ese mundo que en esta cuarentena eterna lo necesita más que nadie.
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