Especial de Nicolás Litvinoff para el diario La Nación
En la Argentina llevamos décadas hablando de cómo cubrirnos de la devaluación del peso frente al dólar. Sin embargo, en el mundo la discusión avanzó varios casilleros y se habla de cómo cubrirse de la devaluación constante del dólar.
Sucede que la emisión monetaria en Estados Unidos alcanzó niveles nunca vistos y más del 20% de los dólares que están circulando a nivel global fueron fabricados durante este año. El dato es escalofriante y deja en evidencia la estrategia de la FED (el Banco Central estadounidense) de inundar de verdes su economía para para hacer frente a los efectos generados por la pandemia del Covid.
Sabemos que una mayor emisión monetaria no necesariamente significa devaluación de la moneda ni inflación. Los efectos dependen también de otras variables económicas. No obstante, la emisión en niveles tan altos genera temores y pronósticos agoreros. Ante esta situación, lo más conveniente es plantearse las preguntas necesarias y buscar respuestas. ¿Se acelerará la inflación en EEUU? ¿Cómo puede un inversor cubrirse de la depreciación del dólar que ya se observa en los mercados?
La inflación en EE.UU.
De 2010 a la fecha la inflación anual promedio en Estados Unidos es del 1,80%. Es un número acotado al que los ciudadanos de la primera potencia mundial no le prestan demasiada atención, aunque el escenario puede cambiar. El de EEUU es un caso particular a nivel monetario, puesto que el dólar es la principal moneda de referencia para el comercio internacional. Por lo tanto, la inflación puede no manifestarse puertas adentro, pero sí afuera del territorio norteamericano.
Por otra parte, la FED y otros bancos centrales están cambiando sus miradas acerca de la salud de las economías. Si antes se le temía a la inflación, ahora se piensa que es la deflación (caída de precios) el principal síntoma a vencer, debido a que reflejaría un consumo débil y, a la larga, un estancamiento productivo que derivaría en una recesión.
Lo cierto es que este cambio de perspectiva genera un relajamiento monetario que promueve un experimento muy peligroso. Las consecuencias de una emisión trillonaria de dólares (así la llaman en el mundo anglosajón, aunque para nosotros se trate billones de dólares) se desconocen. En este punto, cabe advertir que sobran los casos históricos donde la emisión monetaria sirvió para ocultar los problemas de la economía real, pero solo por un tiempo. Luego, sobrevinieron crisis económicas, algunas agudas.
Si además consideramos que EE.UU. es el país más endeudado del mundo (alrededor de 27 billones de dólares, o trillones en lengua inglesa) shorturl.at/ehvU7, las consecuencias de que el resto del mundo deje de confiar en el dólar como reserva de valor podrían ser catastróficas y sacudir al mundo entero.
¿Cómo puede un inversor cubrirse de la devaluación del dólar?
Cuando hablamos de inflación en dólares, nos referimos a que la divisa norteamericana pierde valor frente al resto de los activos de la economía. Ante esta situación, un inversor puede buscar dos tipos de coberturas: generales y específicas.
a. Coberturas generales
Acciones de empresas que cotizan en Bolsa: A pesar del Covid-19, el índice Standard and Poor´s 500 (principal índice bursátil norteamericano) se encuentra en niveles récord. En este año de recesión y muertes, lleva ganado más del 10%. La gigantesca expansión monetaria de la FED ayudaría a explicarlo: en rigor, no es que las acciones suban de precio, sino que para comprar la misma cantidad de acciones se necesitan más dólares devaluados. En general, los analistas bursátiles esperan que esta tendencia alcista del mercado accionario se mantenga e incluso intensifique a lo largo de 2021, salvo que la economía estadounidense colapse a causa de la inflación, que por ahora escapa de los márgenes habituales. Con las propiedades en EEUU sucede algo similar basta ver viejas películas de Hollywood para notar cómo en el largo plazo el precio de los “ladrillos” subió y mucho.
b. Coberturas específicas
El oro es un refugio clásico contra la inflación. En cada crisis o momento de incertidumbre financiera se convierte en uno de los destinos más buscados por ahorristas e inversores con distintos niveles de conocimiento y experiencia en el mercado. Este año su precio se disparó un 25% (al ritmo de la emisión monetaria norteamericana) y se espera que en 2021 continúe su tendencia alcista. Los pronósticos más optimistas anticipan subas superiores al 50%, aunque son solo pronósticos. Un inversor de cualquier parte del mundo que opera en la Bolsa de Nueva York puede acceder al oro financiero comprando el ETF SPDR Gold Shares (GLD), que replica el valor de la onza.
Otra opción utilizada en la principal plaza financiera del globo son los bonos del Tesoro de EEUU protegidos de la inflación: los Treasury Inflation-Protected Securities constituyen un refugio conservador y pueden ser adquiridos a través del ETF TIP. Este año se apreciaron cerca de un 9%.
Otro ETF que juega contra los posibles efectos adversos de una emisión desmedida de dólares es el Invesco DB US Dollar Index Bearish Fund (UDN). Lo riesgoso es que apuesta a la baja del dólar y al alza del resto de las monedas de países desarrollados (euro, yen, libra esterlina, dólar canadiense, corona sueca y franco suizo), por lo que si bien este año subió más del 6%, acumula una caída del 20% desde 2010.
El bitcoin es un refugio volátil, pero cada vez más elegido. Se lo ve compitiendo con el dólar en materia de transacciones, pero también con el oro en su carácter de custodia de valor. Hemos hablando en varias oportunidades desde esta columna de las bondades de este criptoactivo como refugio inflacionario, la primera allá por 2013, año en que superó la barrera de los 1.000 dólares. Desde enero el bitcoin lleva ganado más del 200% y opera por encima de los 20.000 dólares, su nivel más alto en los 11 años de vida. Muchos de sus seguidores afirman que el bitcoin fue diseñado para sortear escenarios como el actual, puesto que posee un carácter deflacionario (solo se emitirán 21 millones de unidades, ni una más) y descentralizado (no depende de ningún gobierno ni Banco Central, por lo que no puede endeudarse).
Conclusión
Los argentinos tenemos mucha gimnasia en esto de cubrirnos de la inflación, pero el dólar, la opción más popular a nivel local, hoy es cuestionado en buena parte del mundo, especialmente el desarrollado. Por lo tanto, la estrategia de guardar dólares abajo del colchón no parece la más aconsejable. La principal recomendación pasa por diversificar el capital en inversiones que puedan rendir frutos y permitan escapar al estancamiento y la devaluación.
El proceso ya está en marcha. Mejor comenzar ahora y no perder más tiempo.
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