Especial de Nicolás Litvinoff para el Diario La Nación
¿Se viene un regulación agresiva para el bitcoin?
En las últimas semanas, mucho se habló en los medios sobre la alta probabilidad de que los Estados impongan regulaciones agresivas sobre el bitcoin y el resto de los criptoactivos. Como es de esperar, las especulaciones generan preocupación entre los inversores, tanto en quienes reivindican el ecosistema cripto y apuestan al largo plazo sabiendo que detrás de varias monedas hay desarrollos muy interesantes como en quienes sueñan con ganancias más rápidas en base a distintos fundamentos.
En la columna de hoy, daré mi opinión sobre este asunto y buscaré responder las siguientes preguntas, que alimentaron los títulos mediáticos contra las criptomonedas: ¿Qué pasó en China con los mineros? ¿Existe una presión regulatoria sobre Binance, el exchange de criptoactivos más grande del mundo?
China en guerra con los mineros cripto
La red de bitcoin utiliza un sistema de minería conocido como Proof of Work (PoW), donde los mineros -como se denomina a las personas y las empresas que utilizan computadoras y placas de video especiales para validar las transferencias que se realizan en la red y así ganarse el derecho a recibir los bitcoins que se emiten diariamente- utilizan energía de manera intensiva para llevar adelante su actividad.
Las estimaciones indican que más del 60% de la minería se concentró en China y que el último rally del bitcoin no hizo más que atraer a nuevos mineros deseosos de atrapar una parte de la enorme rentabilidad que la actividad generaba.
Este escenario idílico cambió a partir de las advertencias y el pase a la acción del gobierno del gigante asiático, que, mediante inspecciones y sanciones, forzó el cierre de casi la totalidad de los mineros chinos a mitad de año. Muchos de ellos se retiraron del mercado y otros mudaron sus granjas cripto a EEUU, países de Asia Central y Europa del Este.
¿Cuáles fueron los motivos por los que China tomó una decisión tan radical? Si bien oficialmente se habló de una lucha contra el consumo excesivo de energía en distintas regiones del país, la inminente emisión del yuan digital podría explicar mejor la situación, así como la desconfianza de un gobierno central a un sistema que promueve la libertad financiera de las personas, quienes, en el mundo cripto, pueden custodiar, transferir y gastar sus activos sin la intromisión estatal.
Lo cierto es que la consecuencia inmediata de los cierres fue una caída del hashrate (el poder computacional para minar y procesar transacciones en una blockchain) y la seguridad de la red de bitcoin en su conjunto, lo que derivó en un derrumbe de la cotización desde máximos, aunque desde mediados de mayo mantiene cierta estabilidad, con una leve tendencia a la baja.
Pasado el efecto inmediato, las medidas restrictivas en China impulsaron una irrupción de mineros en otras partes del mundo y una mayor descentralización del ecosistema, un fenómeno en principio muy beneficioso.
¿Binance está en problemas?
Binance, el exchange de criptoactivos más grande del mundo en términos de volumen operado, tiene sedes en distintas partes del mundo. Nació en Shangai y se fue por las regulaciones, pero China no es la única potencia que decidió restringir su actividad. También Japón, Inglaterra e Italia, entre otras naciones, rechazaron sus actividades.
Binance no es legal en algunos países y no tiene oficinas en ellos. Sin embargo, un ciudadano inglés o italiano, por ejemplo, puede comprar criptomonedas P2P (persona a persona) y fondear su cuenta en Binance sin problemas sin que nadie se lo prohíba. Lo mismo vale para un argentino.
Los usuarios también pueden comprar sus criptomonedas en un exchange local y luego enviarlas desde allí (o desde su propia wallet) a Binance sin impedimentos. Claro que desde algunos países se puede fondear la cuenta internacional mediante transferencia directa de dinero local, lo cual resulta mucho más práctico.
De lo dicho se desprende que a Binance lo pueden controlar de manera más o menos agresiva en un determinado país siempre y cuando incluya entre sus servicios la compraventa de activos financieros regulados, como es el caso de bonos y acciones, pero no necesariamente de las criptomonedas.
Si en un país se regulara la operatoria de criptoactivos, entonces Binance debería seguir las normas locales para que las cuentas de sus usuarios sean fondeadas vía transferencia de dinero, aunque no para las transacciones P2P, siempre libres de toda regulación.
Por ejemplo, en algunos estados norteamericanos como Nueva York, donde existe cierta regulación, Binance creó Binance EEUU y obedece las leyes locales. Los habitantes de la primera potencia mundial no pueden abrir sus cuentas en Binance Internacional, sino que deben hacerlo en Binance EEUU siguiendo el estricto procedimiento Know Your Costumer (conoce a tu cliente), que busca evitar maniobras de lavado de dinero y narcotráfico.
Uno de los errores que pudo haber cometido Binance en su estrategia por sortear las barreras regulatorias fue ofrecer la operatoria securitizada de acciones (tokens de papeles como Tesla, Coinbase y Microsoft, entre otras empresas tecnológicas). Se trata de activos regulados que el exchange permite operar de manera indirecta, pero pronto dejará de hacerlo: así lo anunció Binance bajo el argumento de “focalizarse en la oferta de otros productos”. Además, el volumen operado en estos tokens se limita a tan solo un millón de dólares diarios y un beneficio pobre no justifica el riesgo de someterse a posibles sanciones de reguladores.
Lo concreto es que es que, al menos en mi opinión, el problema regulatorio continuará para Binance, que ya se convirtió en serio competidor del sistema financiero tradicional con un volumen operado en su plataforma superior a los 600.000 millones de dólares mensuales. Por otra parte, la creación de la Binance Smart Chain, una blockchain descentralizada que facilita la operatoria de colocaciones DeFi, agrega más leña al fuego.
Conclusión
Repetimos la pregunta inicial: ¿Se viene un regulación agresiva para el bitcoin y el resto de los criptoactivos? Si hubiera que jugarse, la respuesta sería “no”, al menos por el momento.
EEUU, el líder de los servicios financieros a nivel global, muestra una política bastante amigable. Incluso, mineras muy importantes como Riot Blockchain Inc. (RIOT) cotizan libremente en el Nasdaq, el mercado bursátil que concentra a las principales empresas tecnológicas. Además, Gary Gensler, chairman de la SEC (Security and Exchange Commission, el ente regulador financiero estadounidense) es conocido por sus acercamientos al mundo del bitcoin.
De todas maneras, más allá de los pros que podemos encontrar, no será un camino sencillo. Todo inversor debe saber que hay mucho dinero e intereses en juego, y que los grupos financieros concentrados seguirán presionando a los Estados para establecer regulaciones más agresivas en los próximos años.
La clave pasa, como siempre, por aprender a detectar las fake news, investigar mejor y generar una opinión crítica sobre cada tema, para luego tomar decisiones de inversión en función de nuestros propios intereses y no de intereses ajenos.
Desde este espacio seguiremos contribuyendo con información y argumentos.
¡Hasta la semana próxima!
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