Especial de Nicolás Litvinoff para el Diario La Nación
Imagino que, antes del resonante anuncio de Mark Zuckerberg sobre el cambio de nombre de Facebook, la palabra “metaverso” no formaba parte de tu vocabulario, salvo que hubieras leído críticas y analizado películas de ciencia a ficción como Matrix o Ready Player One.
Se trata de un concepto que combina el prefijo “meta” (“más allá”) con “universo” y se utiliza para hablar de una realidad digital que rescata ciertas características de las redes sociales, los juegos en línea, la realidad aumentada, la realidad virtual, la inteligencia artificial y las criptomonedas para permitirles a los usuarios interactuar de manera virtual.
Hoy se puede decir que tenemos una misma vida separada en dos: una en versión analógica y otra digital. Desde el inicio de la pandemia, nuestra cara digital no hizo otra cosa que ganar protagonismo gracias a las nuevas herramientas que nos permiten trabajar, interactuar y distendernos a través de Internet.
El problema es que esta nueva y pujante vida digital presenta dos aspectos que limitan su crecimiento: por un lado, al no existir un espacio donde confluyan todas las herramientas que utilizamos, domina la desorganización; y, por el otro, la experiencia se vuelve muy pasiva, puesto que la interacción se da a través de apps o páginas web.
Con esta evidencia ante sus ojos, los especialistas de Silicon Valley -la cuna de oro de las innovaciones tecnológicas en las últimas décadas- se muestran de acuerdo en un punto fundamental: el metaverso puede ser la solución a los problemas de escalabilidad, que no es otra cosa que la capacidad de adaptación y respuesta de un sistema ante el aumento exponencial de su número de usuarios.
En la columna de hoy, intentaremos comprender este nuevo mundo y evaluar cómo una persona que invierte puede anticiparse a la movida a fin de obtener ganancias exponenciales.
¿Qué es el metaverso?
Se trata de un entorno virtual compartido al que las personas acceden a través de Internet. En ese entorno se intenta crear una sensación de presencia virtual donde el usuario, en lugar de vivir una experiencia pasiva, se encuentra inmerso en un mundo digital con el cual puede interactuar.
En la actualidad existen diferentes espacios digitales embrionarios y en pleno desarrollo, como Facebook Horizon, el juego Fortnite, Roblox y el mundo digital basado en la blockchain Decentraland.
Para ingresar en ellos, una opción común es utilizar los cascos de realidad virtual o los lentes creados para tal fin. Ya se pueden comprar parcelas de tierra, casas, medios de locomoción, ropa y hasta NFTs que nos pueden facilitar una identidad (o avatar, como se conoce en el metaverso) única e irrepetible.
¿Suena demasiado lejano aún como para pensar que tendrá éxito más temprano que tarde? No parecería ser ese el pensamiento de los gigantes tecnológicos Facebook y Microsoft. Tampoco, de firmas como Ark Invest (liderada por la gurú de las inversiones Cathie Wood) o Bloomberg Intelligence, que pronostican un volumen de negocios de 400 billones (400.000 millones para nosotros) y 800 billones de dólares, respectivamente, para dentro de tres o cuatro años.
En el caso de Facebook, el entusiasmo de Zuckerberg, su CEO y fundador, fue mucho más allá y decidió apostar por el cambio de nombre de Facebook a uno que representa mejor su nuevo objetivo: pasar de ser una red social a una compañía de metaverso que creará 10 mil puestos de trabajo en Europa para dedicarse al desarrollo estas nuevas tecnologías.
Cómo invertir en el metaverso
El último día de junio de este año comenzó a cotizar en la Bolsa de Nueva York el ETF Roundhill Ball Metaverse bajo el símbolo META. Se trata de un fondo conformado por acciones de las empresas que -se piensa- serán las líderes de esta industria en función tanto de su presente como de sus aspiraciones y programas para el futuro inmediato.
Las 10 empresas con mayor participación en este ETF son: NVIDIA Corporation (8,85%), Microsoft (7,41%), Roblox (7,02%), Facebook (5,96%), Unity Software Inc (5,06%), Autodesk Inc (4,49%), Tencent Holdings (4,04%), Amazon (4,04%), Sea LTD (4,01%) y Taiwn Semiconductor (3,59%).
Claro que esta lista pertenece solo a empresas que operan en mercados regulados, pero lo cierto es que también existe la posibilidad de invertir a través de organizaciones del criptomercado, como la mencionada Decentraland (MANA) o incluso blockchains descentralizadas como Ethereum o Solana, que corresponden al espacio virtual donde los NFTs, que se piensa serán uno de los grandes protagonistas del metaverso, están reportando mayor volumen de operaciones.
Conclusión
Puedo adivinar algunos cuestionamientos de lectores que se preguntan: “¿recién estamos procesando el tema de las criptomonedas y ya debemos comprender este nuevo mundo del metaverso?” Mi opinión es que a toda persona interesada en las nuevas tecnologías y en las inversiones le conviene hacerlo más temprano que tarde.
Cuando en 2013 les conté por primera vez acerca del incipiente Bitcoin, cuya música también sonaba a ciencia ficción, quienes hicieron los deberes tuvieron la posibilidad de subirse a una ola que creció desde los 80 dólares a los que se negociaba por entonces hasta los 60.000 actuales.
Cuando mencionamos por primera vez a Ethereum, en febrero de 2018, cada token valía 900 dólares en el mercado cripto. Hoy opera a más de 4.000 dólares por unidad.
Pienso que algo parecido sucederá con las empresas líderes del metaverso debido a las herramientas con las que cuentan para aprovechar un escenario similar al surgimiento de la Internet mobile (vía smartphones) hace poco menos de una década.
Claro que también existe, desde la mirada inversora, la posibilidad de esperar a que la industria madure para poner los ojos en ella. El problema de esa opción reside en la siguiente premisa: si para invertir en nuevas tecnologías esperamos a que todos las entiendan, el día que queramos hacerlo será demasiado tarde, a menos que no esperemos las ganancias exponenciales que hoy prometen.
Como un apasionado del cruce de la tecnología con las finanzas, seguiré de cerca este tema e iré comentando los desarrollos y sus resultados, tal como lo vengo haciendo con las fintech y los criptoactivos.
¡Los espero la semana próxima!
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