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Requisitos para hacer crecer tu patrimonio

 

A la hora de movilizar el dinero es importante conocer cómo hacerlo de la mejor manera, ero no es un lujo reservado para pocos, solo hay que aprender cómo funciona

Especial de Nicolás Litvinoff para Diario La Nación

Llegar a fin de mes, ahorrar un poco y, después, ¿qué sigue? Si ya lograste superar las primeras metas financieras, como salir de deudas y aprender a ahorrar, el próximo paso es empezar a invertir para que tu dinero crezca. Pero ojo, esto no significa acumular billetes o dejarlos juntando polvo en un cajón. La clave está en aprender a mover ese dinero con inteligencia. La idea es que todo lo que tanto esfuerzo te costó juntar empiece a trabajar para vos.
En esta nota, la última de una trilogía sobre finanzas personales, vamos a desglosar los principios básicos para empezar a construir tu riqueza. Incluso si hoy te parece algo complicado o lejano, te vamos a explicar cómo dar los primeros pasos. Te contamos qué tipos de activos podés sumar (y cuáles conviene evitar), por qué la paciencia es tu mejor aliada, y cómo diversificar sin que te mareen los términos financieros. Porque invertir no es un lujo reservado para pocos: es una herramienta que cualquiera puede aprender a usar para impulsar su futuro.
¿Listo para arrancar?

Activos: los que suman y los que restan a tu patrimonio

Desde chicos deberíamos aprender que no todo lo que compramos tiene el mismo efecto en nuestra economía a futuro. Hay dos grandes tipos de activos: los que suman a tu riqueza y los que, aunque útiles, pierden valor con el tiempo. Entender esta diferencia es clave para tomar mejores decisiones y hacer crecer tu patrimonio.
i) Activos que se deprecian
No es que esté mal adquirirlos, porque muchos son esenciales para nuestro día a día. Pero hay que tener en cuenta que estos bienes no generan riqueza a largo plazo. De hecho, pierden valor con el tiempo. Algunos ejemplos clásicos:
Autos y motos: Desde que los sacás de la concesionaria, comienzan a desvalorizarse en dólares debido al desgaste, los cambios de modelo y la dinámica del mercado.
Ropa y calzado: Aunque los necesitamos, una vez usados, su valor cae drásticamente y no son recuperables como inversión.
Dispositivos tecnológicos: Si bien nos hacen la vida más fácil, su valor baja rápido por el uso, las constantes innovaciones y la obsolescencia programada.
ii) Activos que se aprecian
Estos son los aliados que te ayudan a construir una base financiera sólida. A diferencia de los anteriores, aumentan su valor con el tiempo y pueden generar ingresos significativos si los elegís bien. Algunos ejemplos importantes:
Acciones bursátiles: Especialmente índices globales como el S&P 500, que
históricamente muestran una tendencia de crecimiento sostenido en dólares.
Criptoactivos: Aunque son volátiles, activos como
Bitcoin han mostrado un gran potencial de apreciación a largo plazo.
Bonos y acciones preferidas en dólares: Una opción más conservadora que ofrece rendimientos estables y predecibles.
Inmuebles: Aunque requieren una inversión inicial alta, las propiedades suelen apreciarse en dólares con el tiempo y funcionan como un refugio frente a la inflación.

El truco no es dejar de comprar activos que se deprecian (porque, seamos sinceros, todos necesitamos ropa o un medio de transporte), sino encontrar un equilibrio en tus decisiones financieras. Dale prioridad a los activos que se aprecian, ya que son ellos los que realmente te van a ayudar a construir estabilidad económica y a crecer a largo plazo.

Un amigo de tu patrimonio: El largo plazo

¿Querés saber un secreto que los grandes inversores tienen clarísimo? El tiempo es tu mayor aliado cuando se trata de hacer crecer tu patrimonio. Como dijo Charlie Munger, el socio de Warren Buffett: “El dinero grande no está en comprar y vender, sino en esperar”. Puede sonar simple, pero la paciencia es una de esas virtudes raras en el mundo financiero, y al mismo tiempo, es completamente esencial.
Muchos creen que el truco para hacerse rico está en “adivinar” el momento perfecto: comprar barato y vender caro. Suena tentador, ¿no? Pero la realidad es mucho más complicada
. Estudios muestran que el 95% de las personas que intentan hacer trading diario pierden dinero. ¿La razón? El mercado es impredecible, y tratar de anticiparse a sus movimientos es más fantasía que estrategia.
Entonces, ¿qué podés hacer?
Invertir en el largo plazo. A continuación te comparto algunos consejos prácticos que pueden ayudarte a empezar con el pie derecho:
Elegí ETFs diversificados: Fondos como el SPY (que replica el S&P 500) o el VT (índice global) te permiten invertir en un conjunto amplio de empresas que, históricamente, han mostrado crecimiento sostenido.
Cuidate de las acciones individuales: Aunque pueden parecer atractivas, invertir en una sola empresa es arriesgado porque son muy volátiles. Diversificar siempre es la mejor defensa contra los altibajos.
Estudiá el historial de tus inversiones: Mirá cómo han rendido en el pasado. Si bien todos sabemos que resultados pasados no garantizan rendimientos futuros, un activo tiene una tendencia alcista constante, probablemente sea una buena opción para el largo plazo.

La clave no está en hacer movimientos rápidos ni en tratar de predecir el futuro, sino en elegir bien, confiar en tu estrategia y tener paciencia. Dejá que tus inversiones crezcan a su ritmo, y vas a sorprenderte de cómo tu patrimonio empieza a florecer. Porque, como te dije al principio, el largo plazo es un amigo fiel que nunca falla.

Cuatro pilares del crecimiento patrimonial

Hacer crecer tu patrimonio no es algo que suceda de la noche a la mañana, ni se logra con una única estrategia. Es como construir una casa: necesitás cimientos fuertes y pilares sólidos que sostengan todo a largo plazo. Estos pilares son las bases que van a garantizar que tus finanzas crezcan de manera segura y sostenida. A continuación te detallo 4 pilares fundamentales para tu crecimiento patrimonial.
i) Fondo de emergencia: tu red de seguridad: Antes de pensar en grandes inversiones, lo primero es armar un
colchón financiero. Este fondo es tu escudo contra imprevistos, como emergencias médicas, reparaciones caras o momentos en los que te falten ingresos. ¿Cuánto deberías ahorrar? Lo ideal es que cubra entre tres y seis meses de tus gastos mensuales. Este respaldo te da tranquilidad y te permite asumir riesgos sin comprometer tu estabilidad económica.
ii) Inversión en conocimiento: el activo más rentable: Lo dicen siempre: “el conocimiento es poder”, y en temas de finanzas, también es dinero. Capacitarte, aprender nuevas habilidades y
entender cómo funcionan las inversiones te ayuda a generar más ingresos y a tomar mejores decisiones. Ya sea haciendo un curso, leyendo un libro o buscando un mentor, invertir en vos mismo es una de las mejores decisiones financieras que podés tomar.
ii) Ingresos pasivos: el dinero que trabaja por vos: Pensá en
los ingresos pasivos como un árbol que da frutos cada temporada. Activos como bonos, Fondos Comunes de Inversión (FCI) o alquileres son formas de generar ingresos constantes sin dedicarles atención diaria.
iv) Diversificación internacional: proteger tu patrimonio: Invertir todo en el mercado local puede ser un riesgo, especialmente en economías inestables
. La diversificación internacional es una forma de proteger tus ahorros, invirtiendo en activos en moneda dura como el dólar o el euro y en mercados con menos volatilidad. Desde ETFs globales hasta propiedades en el exterior, estas opciones pueden darle más solidez a tu patrimonio.

No se trata de hacer todo de golpe ni de convertirte en un experto de un día para otro. Lo importante es encontrar un balance entre estos pilares, según tus objetivos y posibilidades. Con una base sólida y estrategias diversificadas, tu patrimonio no solo crecerá, sino que estará mejor preparado para enfrentar cualquier desafío.

Conclusión

Al construir tu patrimonio, estás trazando un puente hacia tus metas personales y familiares, mientras desarrollás habilidades fundamentales como la paciencia, la disciplina y la capacidad de adaptarte a los cambios.
No hace falta dar pasos gigantes desde el primer momento. A menudo, son los pequeños cambios constantes los que generan los resultados más significativos. Elegir activos que realmente sumen valor, crear un fondo de emergencia y apostar por el largo plazo son decisiones que van más allá de cualquier contexto económico.
Al final, hacer crecer tu patrimonio no se trata solo de acumular dinero, sino de construir una vida más libre y resiliente, donde cada decisión esté alineada con el futuro que soñás para vos y los tuyos
. Porque esa, en esencia, es la verdadera riqueza.


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