Especial de Nicolás Litvinoff para el diario La Nación.
El Banco Central de la República Argentina fue creado en 1935, mediante las leyes 12.155 a 12.160, y reemplazó a la vieja Caja de Conversión, vigente desde 1890.
Ese evento de alguna manera marcó el nacimiento de la inversión en plazo fijo como alternativa de inversión, y actualmente el Banco Central garantiza un monto a los ahorristas de hasta 120.000 pesos ante eventuales crisis financieras.
En la actualidad, el Gobierno ha tomado una serie de medidas en donde fija un piso del 22.89% de tasa mínima que deben pagar los bancos a los ahorristas con el fin de evitar algo que ya parece un hecho: la muerte del plazo fijo bancario como alternativa de ahorro.
A continuación, las razones de esta “crónica de una muerte anunciada”:
PLAZOS FIJOS, TASAS Y FUNCIONALIDAD
Se conoce por plazo fijo a una operación financiera en donde una entidad regulada por el Banco Central toma dinero por parte del público y lo mantiene en su poder por un período determinado, reportando una rentabilidad financiera fija o variable al inversionista dueño del capital.
El término “plazo fijo” se refiere al tiempo durante el cual la inversión permanecerá inmovilizada, que se estipula por contrato al comienzo de la misma: 60 días, 90 días, meses o años, dependiendo de las necesidades del colocador.
Mientras mayor sea el plazo que esté dispuesto a aceptar el inversor para inmovilizar su capital en el banco, mayor será la tasa que recibirá a cambio. El compromiso asumido entre el inversor y el banco se documenta en un certificado de depósito que incluye los datos del inversor y del banco, el monto depositado, la tasa de interés, la fecha de constitución y la de vencimiento y el monto final a cobrar.
Las tasas promedio pagadas por los bancos se encuentran ahora en un 18% y pueden verse aquí, pero las mismas deberían aumentar en breve gracias a la nueva normativa del Banco Central que establece un piso del 22.89% anual para los depósitos a 30 días menores a los 350.000 pesos.
Esta medida posibilita una suba de casi el 30% en la tasa de colocación, pero a no entusiasmarse demasiado: en términos reales y por más que los bancos terminen pagando 25% o un poco más en la puja por captar inversores, el rendimiento de esta inversión seguirá siendo negativo en términos reales.
Con esto, se busca estimular a la gente para que deje su dinero en los bancos y no “corra” al dólar paralelo u otras opciones en las búsqueda de poner a salvo el poder adquisitivo de sus ahorros.
Analizar las expectativas para el dólar paralelo, la inflación y el mercado inmobiliario, que de alguna manera son competencia del plazo fijo, es lo que sigue a continuación.
INFLACIÓN, DÓLAR BLUE Y BOLSA
El certificado de defunción del plazo fijo es promulgado por dos variables que no paran de subir: la inflación real y el dólar paralelo.
Por el lado de la inflación, el incremento de precios se calcula en 30,1% en lo que va del año, cuando aún faltan dos meses y medio en los que los precios seguramente seguirán subiendo.
Tomando en cuenta ello, la nueva tasa mínima para los plazos fijos continua siendo negativa en términos reales. Además, si el Gobierno decide en algún momento volver a devaluar el dólar oficial como lo hizo a principio de año, la inflación podría acelerarse nuevamente tal como ocurrió en ese entonces.
Por el lado del dólar paralelo, mi opinión es que estamos entrando en uno de los períodos más “calientes” para la divisa americana, que es el comprendido entre los meses de octubre y febrero.
Por diversas cuestiones estacionales (demanda por vacaciones, cierre de año contable en las empresas, fiestas de fin de año, aguinaldo que se vuelca a la compra de dólares) en los últimos 3 años se ha verificado una suba promedio del 22.82% en ese lapso, según el siguiente detalle:
2011-2012: El dólar paralelo subió 12.24% entre octubre-febrero (paso de valor 4.25 a 4.77 pesos)
2012-2013: El dólar paralelo subió 24.29% entre octubre-febrero (paso de valer 6.30 a 7.83 pesos)
2013-2014: El dólar paralelo subió 31.95% entre octubre-febrero (paso de valer 9.42 a 12.43 pesos).
Los datos presentados me llevan a pensar que en caso de repetirse esta inercia, podríamos tener en febrero de 2015 un dólar blue casi 23% más alto que el valor actual, que es casualmente lo que rendiría un plazo fijo luego del aumento por ley exigido por el Banco Central.
La diferencia radica en que el dólar podría hacer este recorrido en 5 meses mientras que en un plazo fijo el dinero debería quedar inmovilizado 12 meses, es decir, todo un año.
Pero más preocupante aún es que la tasa de aumento se viene acelerando y, por ejemplo, nunca hasta ahora en los últimos tiempos el dólar blue subió menos porcentualmente de un año a otro.
Esto quiere decir que quizá haya que tomar el 31.95% del período octubre-febrero de 2013-2014 como “piso” para futuras proyecciones.
Con esto no se está queriendo “adivinar” el precio del dólar paralelo, sino que simplemente se hace una proyección basada en comportamientos pasados que podrían o no repetirse.
Por supuesto que si el nuevo presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, tiene éxito en la “cruzada” contra “cuevas” y “arbolitos” y en enero el Gobierno arregla con los llamados fondos buitre, una vez que venza la cláusula RUFO, entonces la historia podría ser distinta.
Por otro lado, el índice Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires ha subido casi un 100% en lo que va del 2014, y viene de una suba de 90% en 2013, superando incluso a la apreciación del dólar paralelo y la inflación.
La Bolsa y los instrumentos que allí pueden negociarse (como fondos comunes de inversión, fideicomisos, cheques de pago diferido, etcétera) también superan ampliamente las tasas de los plazos fijos, aun con el próximo aumento y se convierten en una alternativa totalmente válida para pequeños ahorristas.
CONCLUSIÓN
En las últimas décadas, no había demasiado misterio para el ahorrista minoritario: los pesos que pudiese guardar por mes eran depositados en un plazo fijo y destinados luego a la compra de un inmueble para alquilar.
Este “circuito” parece dificultarse no solamente por los fundamentos expuestos a lo largo de esta nota con respecto a la colocación bancaria sino además por el fuerte debilitamiento en el mercado inmobiliario, a cuya caída en la actividad se sumó el -9,3% de bajas en las escrituras firmadas en agosto en comparación con el mismo mes del año anterior y sigue profundizando su derrape en precio desde la imposición del cepo cambiario en 2011.
Luego de realizar el duelo lo más rápido posible, los inversores responsables deberán migrar y buscar nuevos horizontes más allá de un plazo fijo que, por más respirador artificial que le pongan desde las autoridades pertinentes, tiene los días contados en este contexto de inflación al alza y suba del dólar paralelo, que no da señales de modificarse en el corto plazo.
Mantener el poder adquisitivo de lo ahorrado y generar incluso nuevos ingresos con ello dependerá ahora de la búsqueda que las nuevas alternativas de inversión presentan de cara al próximo 2015
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