Especial de Nicolás Litvinoff para el diario La Nación
La Argentina es como la película ‘El día de la marmota’; siempre hay crisis”, disparó hace poco Jeffrey Sachs, prestigioso economista de la Universidad de Columbia. En el film de 1993, Bill Murray interpreta a un meteorólogo atrapado en un ciclo de tiempo donde el mismo día se repite una y otra vez, a la manera de las crisis económicas en nuestro país.
Hay una característica distintiva en esta crisis respecto de las anteriores: los fusibles ahora son los presidentes del Banco Central (en poco más de tres meses tuvimos tres presidentes distintos) y no los ministros de Economía, un dato que habla de la “financiarización” de la economía y lo importante que resulta para los ciudadanos elevar su cultura financiera para defender sus ingresos y su patrimonio.
A continuación, repasaremos dos claves de las finanzas personales para sobrevivir a la economía de la marmota:
1) Darle más importancia que nunca al ratio de liquidez personal:
Este ratio es de suma utilidad para determinar nuestra salud financiera, pero la mayoría de la gente no lo conoce. Se calcula mediante la siguiente fórmula:
Liquidez = Activos Líquidos / Pasivos a Corto Plazo.
Los activos líquidos son dinero en efectivo, dólares, euros, reales, depósitos en cuenta corriente, depósito en caja de ahorro, acciones de empresas líderes que cotizan en la Bolsa, bonos y obligaciones negociables, cuotapartes de Fondos Comunes de Inversión, Cheques de Pago Diferido y todo aquello que pueda convertirse en cash rápidamente.
El pasivo a corto plazo refiere a las erogaciones (gastos) de dinero que debemos afrontar en lo inmediato. Hablamos de una hipoteca o un alquiler, la cuota del colegio de los chicos, la cuota por la compra de un auto y distintos gastos corrientes, como el pago de seguros, la luz, el gas, el teléfono, la comida, etc.
Para hallar el resultado de la fórmula, debemos sumar, por un lado, todos los activos líquidos que poseemos y, por otro, todos los pasivos de corto plazo, para luego dividir los primeros por los segundos.
Si el resultado del cálculo es mayor a 2, podremos concluir que tenemos capacidad de solventar nuestros pasivos de corto plazo, lo cual nos deja en una buena posición para afrontar crisis económicas como la que atraviesa Argentina actualmente.
Por el contrario, una ratio de liquidez menor a 2 nos vuelve vulnerables en un escenario de fuerte inflación, suba de tasas, caída del salario real y pérdida de puestos de trabajo. En este link te brindamos un ejemplo para que hagas correctamente tu cálculo.
2) Evitar la “tríada mortal del deudor”:
La tríada mortal del deudor hace mención a tres situaciones que resulta imprescindible evitar para sobrevivir financieramente en la Argentina, uno de los países con tasas de interés más altas del mundo. Ellos son:
a. Girar en descubierto: Con las Leliqs en 70%, todas las tasas de interés de la economía aumentan. Si los bancos pueden colocar sus pesos a esas monstruosas tasas: ¿por qué habrían de arriesgar su capital financiando el giro en descubierto de sus clientes a tasas iguales o inferiores? El costo de girar en descubierto en cuentas corrientes bancarias supera holgadamente el 10% mensual, lo que nos conduce a una tasa anual totalmente prohibitiva que lleva directamente al quebranto a quien pretenda utilizar durante varios meses esta herramienta de financiación tan popular entre PyMEs y pequeños comercios.
b. Cuotas y pagos mínimos con tarjetas de crédito: El Costo Financiero Total por financiar parte del gasto corriente con tarjetas de crédito hace tiempo que supera el 100% anual y no hay indicios de que baje en el corto plazo. Frente a ello, es conveniente dejar las tarjetas guardadas en algún cajón del hogar y no caer en el error de utilizarlas como si aumentaran nuestro poder adquisitivo, porque podemos estar construyendo un efecto dominó muy nocivo para nuestras finanzas personales en un contexto de altísimos costos financieros.
c. Créditos hipotecarios o personales: Endeudarse a tasas indexadas por una inflación que se acerca cada vez más al 50% suena demasiado peligroso. La reducción de la inflación al 23% que preveé el Gobierno para 2019 parece muy difícil de cumplir, más aún teniendo en cuenta que para este año pronosticaba un 10%. En consecuencia, no es momento para tomar deuda en pos del sueño del techo propio, que podrá cumplirse más adelante, cuando, además, los precios de las propiedades resulten más razonables, según palabras de conocedores de la materia.
Conclusión
Podemos hacer oídos sordos a estos consejos y seguir como si nada con la esperanza que esta situación económica ciertamente irracional se solucione pronto, pero frente a esta posibilidad me parece conveniente recordar la frase de John Maynard Keynes: “Los mercados pueden mantener su irracionalidad más tiempo del que tú puedes mantener tu solvencia”.
No esperes más: tomá un papel y un lápiz y calculá tu ratio de liquidez personal para cortar todo vínculo nocivo con la tríada mortal del deudor. Es la única manera de sobrevivir a esta crisis, la de mañana, la de pasado y todas las que la economía de la marmota nos tiene preparadas.
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