Especial de Nicolás Litvinoff para el diario La Nación
Sabemos que hay que ahorrar. Sabemos que hay que invertir esos ahorros. Sabemos que hay que generar ingresos pasivos con las inversiones. Lo que no siempre sabemos es que nada de eso es posible si antes no optimizamos nuestros gastos para que surja un excedente que nos permita dar el salto de las finanzas personales a las finanzas patrimoniales.
En la columna de hoy distinguiremos 6 tipos distintos de gastos. Tres son positivos y debemos potenciarlos. Los otros tres son negativos y debemos reducirlos. Al final, propondremos un ejercicio optimizador y presentaremos las conclusiones.
Gastos positivos
1) Gastos necesarios: ¿Cuáles entran dentro de esta categoría? Para contestar esta pregunta lo primero que debemos saber es que existen los gastos deseados, aquellos que no son estrictamente necesarios para vivir. Por oposición, los gastos necesarios se vinculan con la vivienda, la salud, la comida, los impuestos sobre “bienes necesarios” y el transporte, entre los principales.
Es muy importante aquí evitar el autoengaño: muchas personas prefieren no someterse a la autocrítica y cuelan en esta categoría varios de sus gastos deseables simplemente para justificarlos.
Por otra parte, si bien son vitales, los gastos necesarios no deben exagerarse. Por ejemplo, el costo del alquiler de la vivienda no debería superar el 30% de nuestros ingresos. Encontrar una casa o departamento cuyo alquiler se adapte a nuestro bolsillo y no al revés es claramente nuestra responsabilidad.
2) Gastos inteligentes por disfrute: Una vida compuesta solamente de gastos necesarios no es vida. Es importante darnos algunos gustos para que no todo sea trabajo. Pero más allá de acertar en el gasto para que genere disfrute, la adquisición de un bien o servicio será inteligente cuando el impacto que tenga en nuestras finanzas personales resulte acotado y haya sido planificado.
La mayoría de los gastos financiados con tarjeta de crédito no entran en esta categoría por más que los disfrutemos mucho en el momento. Esto es así porque nos generan un alto costo del que tendremos que hacernos cargo. Los gastos inteligentes por disfrute se pagan en efectivo, luego de haber ahorrado para tales fines.
Lamento el baldazo de agua fría para el lector que le viene sacando brillo a su tarjeta de crédito con el adelanto de las vacaciones de verano. Si estás pensando cuánto gastar en la temporada 2020 sin que tus finanzas personales se desmoronen, esta columna puede servirte.
3) Gastos inteligentes por inversión: Siempre conviene tener en claro si estamos ante un gasto, donde lo adquirido se consume casi en el momento, o frente a una inversión, donde gastamos hoy para beneficiarnos mañana. Ejemplos de gastos inteligentes por inversión podrían ser un curso de idioma o cualquier otro plan educativo que nos proporcione recursos, la cuota del gimnasio siempre que vayamos seguido, un adelanto de consumo necesario o corriente, la compra de electrodomésticos de bajo consumo que reduzcan nuestro gasto en electricidad, la obra social, el seguro del auto, etc.
Gastos negativos
1) Gastos ocultos y derivados: En la columna de la semana pasada, advertimos que no existe almuerzo gratis en Wall Street, lo cual quiere decir que nos regalan muy pocas cosas en la vida y que debemos estar muy atentos a los conceptos ocultos que cobran quienes se aprovechan de la falta de cultura financiera de la población.
Por otro lado, aparecen los gastos derivados, que así se llaman porque derivan de un gasto primario. Por ejemplo, si compro una mascota tengo que ponderar no solo el costo de adquisición sino también el costo de mantenimiento (comida, veterinario, etc.). Lo mismo corre para un auto, una moto y un departamento en la Costa, por ejemplo.
2) Gastos hormiga: Hablamos de aquellas erogaciones de dinero menos visibles pero más traicioneras en el ámbito de las finanzas personales. Algunos ejemplos de pequeños gastos que desaparecen mágicamente de la contabilidad doméstica son el taxi, las compras compulsivas, las membresías baratas que no utilizamos, las comisiones por uso cajeros automáticos de otros bancos, los pequeños pagos en cuotas con la tarjeta de crédito, las tarjetas de crédito adicionales que se utilizan poco, el mantenimiento de cuentas bancarias que están de más, los seguros de salud para viajes que se pagan todo el año y se utilizan solo durante un mes, los cigarrillos, las comidas no siempre deseadas fuera de casa, las gaseosas al paso, los cafés, las golosinas del kiosco, llevar a lavar el auto muy seguido, la bijouterie, los pañuelitos descartables, los snacks y los billetes de lotería. Son todos gastos imperceptibles que pueden representar hasta el 25% de nuestro presupuesto mensual. De esta forma, quien percibe 30.000 pesos mensuales por su trabajo, puede sumar hasta 90.000 pesos por año en gastos hormiga.
3) Gastos diferidos: Desear es igual a posponer, debido a que cuando materializamos lo que deseamos, se acaba el juego. Desear mucho algo y buscar la manera de conseguirlo sin desesperarse estimula la creatividad, por lo que podemos deducir que lo contrario (obtener velozmente lo deseado) va en contra de nuestra inventiva y nuestra imaginación. Si tenemos a mano la tarjeta de crédito se calma la ansiedad, pero aparece un problema distinto y más nocivo. Los gastos diferidos son principalmente los gastos con tarjeta de crédito. Se disfruta en el presente aquello que se pagará más adelante. Cuando debamos pagarlo, el disfrute habrá desaparecido y, en su lugar, nos toparemos con “la trampa de la deuda”,ese laberinto de las finanzas personales del que muchas veces resulta complicado salir.
Ejercicio y conclusión final
Ahora que conocemos 6 tipos de gastos distintos es hora de que tomes lápiz y papel (o, mejor aún, una planilla de Excel) y clasifiques en forma exhaustiva tus erogaciones.
Una vez que llegues al total de dinero gastado en cada ítem, lo que sigue es calcular la participación que tiene cada uno en el total a fin de conocer mejor el destino que le estás dando a tu dinero. Si necesitás ayuda para calcular los porcentajes, repasá esta columna.
El 90% de tus gastos deberían ubicarse en la columna de los positivos. De lo contrario, tenés un objetivo claro que cumplir: sanear tus finanzas chequeando todos los meses los avances que vayas logrando, a fin de que en el cierre de 2020 puedas comprobar que estás revirtiendo la situación.
“No sé en qué se me va el dinero” es una frase que, con los conocimientos necesarios, deberías dejar de pronunciar.
¿Quiere que el dinero se transforme en una fuente de satisfacción en vez de una fuente de preocupación en su vida?
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