Mientras que algunos creen que hay que aprovechar las buenas tarifas en dólares, otros creen que el riesgo podría ser demasiado alto.
La Nación. Por Delfina Torres Cabreros
En un escenario donde las fronteras siguen todavía muy restringidas y los rebrotes en países que parecían tener el Covid-19 bajo control agregan incertidumbre sobre el futuro, las aerolíneas buscan tentar a los pasajeros con ofertas para viajar por el mundo en apenas un par de meses. Mientras que algunos creen que es la oportunidad ideal para, refugiados en las condiciones de flexibilidad, invertir ahorros y lo piensan incluso como una estrategia de dolarización, otros invitan a ser más cuidadosos y evaluar factores que podrían arrojar un saldo final negativo.
“La gente está aprovechando las ofertas para viajar a partir del año que viene”, asegura Matías Mute, fundador del sitio Promos Aéreas, que analiza diariamente más de 1300 rutas para identificar los mejores precios. “Mientras los pasajes sean flexibles, que es la clave, yo me tiraría de cabeza”, agregó, y mencionó la aparición de tarifas muy tentadoras que, en dólares, están incluso en sus mínimos históricos. Si hace un año un vuelo a Miami tenía un precio mínimo de US$600, explica, hoy es posible encontrarlo por US$400.
Mute confía que a fin de año las fronteras volverán a estar abiertas y asegura que, si por el contrario, el año que viene la Argentina sigue en la misma situación que ahora, “no poder viajar o perder un pasaje va a ser el último de los problemas que tengamos”.
Hay quienes aconsejan ser más ser cautos y esperar algunos indicios positivos antes de pasar la tarjeta. “Yo recomiendo tratar de no comprar hasta que comience a abrirse la tranquera. En el caso de comprar antes porque la oferta es demasiado buena, yo lo haría solo si tengo la posibilidad de cambiarlo sin que eso tenga un costo”, apunta el consultor aeronáutico Franco Rinaldi, para quien la gestión de un reembolso implica un gasto de recursos y de energía que es mejor ahorrarse.
Quienes estén pensando en comprar pasajes deben estar seguros de querer usarlos en el futuro y, para evitar disgustos, descartar de antemano la opción de cancelarlos y exigir una devolución. Según Guillermo Gullelmotti, director de Consumidores de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, todavía hay muchos reclamos “irresueltos” de pasajeros que no pudieron usar sus pasajes por la pandemia y tampoco lograron gestionar un reembolso. Reclamos que llevan meses.
“Yo lo que le recomiendo a la gente que quiere comprar pasajes en esta época es que se fije cuál es el plazo de utilización y cuántos cambios de fecha tenés sin penalidades, porque para pedir reembolsos después tenés que dar muchas vueltas y con suerte lo conseguís a los 60 o 90 días”, explicó.
Con sus cajas en rojo, las aerolíneas prefieren reprogramar fechas o entregar vouchers por los servicios cancelados en vez de devolver el dinero. De hecho, el director general y CEO de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), Alexandre de Juniac, dijo que las compañías aéreas piden “de rodillas” que los pasajeros acepten esas alternativas.
Por otro lado, si se sanciona el proyecto de ley de emergencia turística que ya obtuvo media sanción en el Senado, será más difícil lograr las devoluciones. En el caso de las reservas hechas vía agencias, por ejemplo, la opción del reintegro no aparece ni siquiera en el menú inicial: hay que aceptar primero un voucher y no usarlo durante un año para poder pedir luego el dinero.
Muchas aerolíneas ofrecen sus pasajes en pesos y con alternativas muy interesantes de financiación, lo que para algunos puede servir como una estrategia de dolarización, más aún cuando el cupo de compra de US$200 para ahorro está en discusión. Sin embargo, para Nicolás Litvioff, director de Estudinero.org, no es una buena idea pensarlo en esos términos.
“Es un error que se comete siempre el de pensar que porque comprás algo cuyo valor está nominado en dólares y que, por ende, puede subir en pesos, te estás dolarizando”, dice. Según explica, el pasaje es un “consumo” y no tiene valor de reventa, por lo que no hay ganancia en caso de que el dólar suba ni inversión que crezca. En todo caso, será un gasto hecho a buen precio.
Por otro lado, Litvinoff aconseja apuntar sobre todo a comprar en aerolíneas de bandera, que de alguna manera tienen menos riesgo de quebrar porque se entiende que están respaldadas por los gobiernos y, en la misma línea, evitar sobre todo las low cost y otro tipo de aerolíneas privadas no muy grandes.
“También hay que contemplar lo que está ocurriendo en países de Europa, donde en la mitad de las vacaciones se le avisó a muchos turistas que se tenían que volver porque había casos de coronavirus y si no, cuando volvieran, iban a tener que hacer cuarentena. Esas son cosas que pueden pasar”, dice, y señala que el “gran tema” es si se logrará implementar prontamente una vacuna o no.
“Hasta que el panorama del turismo internacional no aclare, el riesgo de perder mucho o todo es alto, por lo que deberíamos evaluar seriamente si conviene comprar pasajesespeculando que los precios más adelante estarán por las nubes y no podremos viajar”, sostuvo.
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