Especial de Nicolás Litvinoff para el Diario La Nación
Las innovaciones tecnológicas que están al servicio de las finanzas nos permiten no solo apostar por activos muy prometedores, sino también ponerlos “a trabajar” para elevar nuestros ingresos.
La banca tradicional ya no domina el escenario como antes y la competencia que creció al calor de los nuevos desarrollos permite a los inversores minoristas participar de negocios que antes monopolizaban las grandes instituciones.
En la columna de hoy, analizaremos cómo una persona puede realizar la autocustodia de sus tenencias y, a la vez, invertirlas con el objetivo de obtener rentabilidades. Esta opción, que antes no existía, hoy es posible y millones de personas alrededor del planeta la eligen y revindican frente a un mundo burocrático en decadencia.
¿Cuáles son las colocaciones que permiten obtener una ganancia adicional tanto en mercados regulados como no regulados? ¿Cómo puede hacer una persona desde Argentina para acceder a ellas? ¿Cuáles son los riesgos y cómo minimizarlos? En adelante, las respuestas.
Brokers, exchanges y fintech que comparten sus negocios
Durante décadas, el modelo típico de gestión de inversiones consistió en delegarle el cuidado de nuestros activos a un ente custodio. Por ejemplo, si compramos acciones en la Bolsa, delegamos la custodia en la Caja de Valores de Argentina.
En EEUU y otros países ese servicio puede estar a cargo de entidades financieras reguladas, lo que les permite a los brokers hacer negocios con las acciones de sus clientes sin reconocerles ningún porcentaje.
Como vimos en columnas anteriores, cuando un inversor arriesgado quiere jugar a la baja en la Bolsa (una operatoria conocida como short selling o venta en descubierto), el broker le alquila las acciones que este vende para luego recomprarlas, especulando que lo hará a un precio inferior al de la venta.
Esas acciones suelen ser de otro cliente del mismo broker que las tiene en cartera como una inversión a largo plazo y jamás se enterará que sus activos fueron alquilados por el custodio, con lo que no podrá reclamar una participación en el negocio pese a ser el verdadero prestamista.
En el mundo de los criptoactivos, algo similar ocurre con quienes depositan sus criptomonedas en un exchange, aunque, en lugar de la operatoria de short selling, es el staking lo que tiene lugar aquí, una operación donde el exchange podría “stakear” o prestar las criptomonedas de sus clientes a los mineros que las utilizan para verificar transferencias o incluso minar nuevas cripto.
Yendo a un caso más simple y cotidiano, los bancos suelen colocar a tasa los fondos líquidos de sus clientes sin otorgarles porcentaje alguno a cambio.
Lo cierto es que la realidad está cambiando y, a continuación, detallaremos cómo:
- Programa de Mejora en el Rendimiento de las Acciones: Brokers online internacionales como, por ejemplo, Interactive Brokers, ofrecen a sus clientes un Programa de Mejora en el Rendimiento de las Acciones (en inglés Stock Yield Enhancement Program) donde proponen pagarles el 50% de lo que se obtenga por prestar las acciones en cartera. De esta manera, un inversor puede obtener un rendimiento adicional a la performance de sus tenencias en el largo plazo.
- Staking CeDeFi o DeFi: Un inversor de criptomonedas cuenta ahora con dos opciones para conseguir un rendimiento adicional sobre sus tenencias.
La primera consiste en realizar colocaciones en staking dentro del mismo exchange donde suele operar, que a su vez colocará por cuenta y orden de su cliente esas tenencias en protocolos DeFi. Se trata, al fin y al cabo, de una operatoria CeDeFi: es centralizada por la intermediación del exchange y descentralizada por el protocolo donde terminan finalmente colocadas las cripto. Los exchanges locales e internacionales que realizan este tipo de operatoria aclaran siempre que no se hacen responsables por eventuales hackeos o exploits que pudiesen ocurrir en los protocolos DeFi utilizados, más allá de que realizan un research anterior para interactuar con los protocolos que consideran más seguros.
La segunda posibilidad es la de retirar las criptomonedas del exchange y realizar la operatoria de staking por cuenta propia directamente en los protocolos DeFi. En este caso, tanto las medidas de seguridad como la selección de protocolos DeFi corren por cuenta del criptoinversor. Por otra parte, esta opción suele ofrecer una rentabilidad mayor debido a que no existe el peaje de los exchanges, lo que la vuelve muchas veces más tentadora.
Cabe aclarar que las rentabilidades varían según la criptomoneda y el protocolo elegidos. En la actualidad esos rendimientos pueden llegar a los dos dígitos anuales.
- Cuentas remuneradas en las fintech: Hace más de 4 años venimos analizando en este espacio la alternativa de las cuentas remuneradas o monetización instantánea, que cada vez se vuelve más atractiva a causa de la alta inflación, que lleva a la moneda local a perder constantemente poder adquisitivo. Fintech como Mercado Pago o Ualá pagan actualmente más del 30% anual por los pesos que sus clientes tengan depositados en sus billeteras virtuales. Por supuesto, la cifra no sirve para empatarle a la inflación, pero se trata de un rendimiento más que interesante si se compara ese servicio con su similar en los bancos tradicionales: la caja de ahorro, que poco y nada paga. ¿Cuál es la diferencia respecto de un plazo fijo tradicional? Básicamente, que la disponibilidad del capital es inmediata: los fondos depositados en estas fintech pueden ser utilizados en cualquier momento del día y la semana para compras (mediante tarjetas de débito o pagos con código QR). También, se los puede transferir, brindando intereses hasta el momento en que son utilizados o extraídos. Se asemejan bastante a los fondos de inversión Money Market que ofrecen los bancos, aunque estos solo pueden ser rescatados y enviados en el momento a la caja de ahorro los días hábiles y en el horario de atención de las sucursales.
Conclusión
La comodidad en las inversiones (delegar las decisiones sobre nuestros fondos a un tercero para que se ocupe) nunca fueron gratuitas y, con las herramientas que se nos ofrecen en la actualidad, difícilmente pueda justificarse.
Toda persona inquieta y comprometida con sus finanzas puede ocuparse con más libertad de sus ahorros, sea custodiándolos por cuenta propia o apelando a brokers, exchanges y empresas fintech que compartan al menos una parte de los ingresos generados con los fondos de sus clientes.
Las ganancias extra en las inversiones de largo plazo ahora son posibles y las tenemos a mano si le dedicamos un mínimo de tiempo a nuestro capital.
Llegado este punto, la pregunta que dejamos para la semana que viene es: ¿Nos encontramos en un buen momento para invertir a largo plazo o se viene un crash bursátil en EEUU?
¡Hasta la próxima!
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