Especial de Nicolás Litvinoff para el Diario La Nación
Si queremos hablar de ingresos pasivos en dólares, inevitablemente debemos referirnos a le meca de los mercados de capitales: la Bolsa de Nueva York, donde la oferta de activos y productos financieros es enorme.
Como sabemos, la inestabilidad de la economía argentina y las devaluaciones recurrentes, unidas a los eventos de cesación de pagos, reperfilamientos y reestructuraciones cada vez más frecuentes, hacen que solo los espíritus temerarios deseen comprar bonos del Estado emitidos en dólares, por lo que las posibilidades de invertir en moneda dura en nuestro país se reducen a su mínima expresión.
En paralelo, la suba de tasas en Estados Unidos cambió el escenario financiero y lo volvió más atractivo para quienes buscan productos que les paguen un interés en dólares.
En la columna de hoy, repasaremos 5 maneras de generar ingresos pasivos con nuestras inversiones partiendo de un monto mínimo de 5.000 dólares.
¡Manos a la obra!
1) Fondos Comunes de Inversión de bonos
Los Fondos Comunes de Inversión (FCI) se componen de dinero que aportan los ahorristas con un objetivo de rentabilidad y un grado determinado de aversión al riesgo. En EEUU, la industria de los FCI es gigantesca, aunque aquí nos limitaremos a analizar los fondos que invierten en bonos High Yield (alto rendimiento) de empresas norteamericanas, puesto que consideramos que, de esta manera, estaremos hablando de un riesgo moderado que paga con creces en términos de rentabilidad.
El inversor adquiere cuotapartes de los fondos elegidos a través del broker donde tenga cuenta. En este punto, cabe mencionar como más conveniente un broker online con buenos servicios y costos reducidos.
Al cierre de cada jornada de operaciones, los FCI calculan su NAV (Valor Neto de los Activos) y actualizan el valor de cada cuotaparte, lo que nos permite evaluar la marcha de nuestras inversiones en fondos.
Una de las ventajas de este tipo de instrumentos es su diversificación: los FCI construyen sus portafolios adquiriendo distintas emisiones de deuda con diferentes fechas de vencimiento y van reinvirtiendo la renta que obtienen en nuevos bonos, que en el actual contexto pagan tasas cada vez más altas.
Los intereses que un FCI va percibiendo aumentan el valor de la cuotaparte, aunque, si los bonos de más largo plazo bajan de precio en el mercado (porque sube la tasa que se les exige), la cuotaparte también sufrirá el impacto.
Otra ventaja para el inversor es que puede hacer rescates parciales de su dinero y vender solo una porción menor o mayor de sus cuotapartes si necesitara el cash en algún momento.
2) Bonos
Los bonos emitidos por empresas representan una excelente oportunidad para obtener ingresos pasivos en dólares, pero todo inversor debe fijar su umbral de tolerancia al riesgo e invertir obedeciendo ese límite.
Esto puede hacerse de manera sencilla filtrando primero la Yield To Maturity (Tasa de Rendimiento hasta el Vencimiento). Actualmente, los bonos de alto rendimiento más recomendados en EEUU pagan entre 6 y 7,50% anual. Por encima de esas tasas se considera que el riesgo asumido (de impago, por ejemplo) será muy alto.
Un segundo filtro consiste en calcular el ratio de apalancamiento del emisor del bono. Hay varias páginas web que permiten conocer el ratio de cada empresa. Una de fácil acceso es Yahoo Finance. Lo único que debemos hacer es tomar el dato de la deuda total (total debt) y dividirlo por el Valor de la Empresa (Enterprise Value). Si la cuenta da menos de 0,50, podemos concluir que es un riesgo coherente con el rendimiento del bono y que la empresa emisora no tiene parámetros de deuda preocupantes.
Una vez más, la operatoria se ha democratizado y hoy podemos invertir en bonos corporativos a través de brokers online de EEUU regulados por las autoridades de ese país y con todas las garantías y seguros. Según el broker elegido, se puede empezar invirtiendo 5.000 dólares o menos.
3) ETF de Bonos
Los ETF de bonos son muy parecidos a los FCI que vimos más arriba, aunque en este caso no se compran cuotapartes, sino activos que operan como si fueran acciones del ETF, por lo que pueden ser comprados y vendidos en cualquier momento durante la rueda bursátil y sin montos mínimos de entrada ni de salida.
A modo de ejemplo podemos nombrar a el Allspring Income Opportunities Fund (símbolo EAD), de Wells Fargo, que está compuesto por bonos High Yield de empresas norteamericanas. Actualmente paga un dividendo cercano al 10% anual.
Lo que se debe tener en cuenta aquí es que los ETF de esta naturaleza pagan un impuesto adicional conocido como tax withholding (retención fiscal en concepto de ganancias) que lo descuenta de manera automática el broker a través del cual operamos. El impuesto alcanza al 30% de los dividendos cobrados, por lo que actualmente el dividendo real percibido ronda el 6,50% anual de la inversión en dólares.
4) Money Markets
Los fondos Money Markets (MM) representan la opción más conservadora de todas las analizadas en la columna de hoy. Hablamos de una alternativa que, a los fines prácticos, es como tener la inversión en cash: dinero disponible para ser depositado nuevamente en la cuenta en cualquier momento.
A principios de año, los MM tenían un rendimiento neutro, pero con la fenomenal suba de tasas que la Reserva Federal (FED) viene aplicando, el rendimiento saltó al 3% anual y puede terminar 2022 por encima del 3,50%.
Se trata de una opción considerada libre de riesgo debido a que los fondos se encuentran garantizados por la propia FED (el Banco Central de EEUU) y sus precios de mercado no cambian por más volatilidad que haya en los mercados. El capital invertido solo crece en función de los intereses cobrados.
5) Stablecoins
Si los MM son la opción más conservadora, una stablecoin pueden ser considerada como la más riesgosa. Se trata de un activo digital que aprovecha las ventajas de la tecnología blockchain, aunque sin sufrir las salvajes variaciones de precio de sus primas, las clásicas criptomonedas.
Las stablecoins más utilizadas son los que están atadas al dólar en una relación de 1 a 1, aunque hay otras que replican el precio internacional de otras divisas, como el euro, la libra esterlina o incluso el real de Brasil.
En este universo se puede invertir de dos maneras distintas: a través de plataformas de lending o utilizando protocolos DeFi desde un monedero físico (hardware wallet), siendo esta última la opción más recomendable en la actualidad por el alto nivel de seguridad que brinda.
Si bien los rendimientos en estos momentos son inferiores a los que ofrecen los bonos, ETF y FCI, resultan superiores a los de los fondos MM.
Por otra parte, se espera que una recuperación en los valores de criptoactivos estrella como Bitcoin y Ethereum genere un aumento en la demanda de criptomonedas en general y tasas más atractivas en las stablecoins vinculadas con el crecimiento del sector, que actualmente se encuentran entre 3 y 5% anual.
Conclusión
“¡Leí las 5 opciones y no sé cuál elegir!” Si esa es tu conclusión, la mía pasa por una pregunta: ¿Por qué no pensás en elegir un poco de cada una, diversificando los Vehículos Automatizados de Ingresos Financieros?
La columna de hoy es, al fin y al cabo, la puerta de entrada a la investigación que cada uno debe realizar sobre los activos presentados, con el objetivo de diseñar la autopista financiera que queremos seguir al operar. El camino es clave para el bienestar futuro. Cuanto antes lo construyas, más vas a poder disfrutar de tu vida con más ingresos pasivos y más tiempo de ocio.
¡La seguimos la semana que viene con más análisis de finanzas personales!
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