Especial de Nicolás Litvinoff para el Diario La Nación
Para la mayoría de la gente, la falta de ahorro es un tema de bajos ingresos: incrementar los mismos sería (bajo este razonamiento) el único camino para la aparición del ahorro. Esta sea quizá la causa principal por la cual la mayoría de la gente no solo no logra ahorrar, sino que se encuentra altamente endeudada.
Mi opinión puede sonar polémica pero es claramente contraria: la falta de ahorro no tiene que ver con los ingresos. Sin cultura de ahorro, a ingresos más altos lo siguen gastos más elevados y deudas también más onerosas.
Es por ello que la columna de hoy compartiré 3 pasos para que puedas cambiar el “chip” mental respecto a este tema y situarte en un lugar de observador de la realidad distinto, desde donde podrás accionar de manera más eficaz y obtener los resultados deseados.
¡Comencemos!
Primer paso: Aplicá la regla de “Pagate a vos primero”
El “camino” financiero vox populi es muy simple: cobrar el sueldo, afrontar gastos y luego ahorrar lo que queda (si es que queda algo). Los gastos totales (fijos más variables) más algún que otro “gustito” termina haciendo que los ingresos se “derritan” rápidamente en nuestras manos.
El concepto de “pagate a vos primero” proponer separar al menos un 10% del ingreso mensual al momento de percibirlo, para recién después encarar los gastos. Con ese 10% se podría comprar “moneda dura” (dólar, euro, etc…) o colocarlo automáticamente en un plazo fijo mensual para resistir con ello las tentaciones de gasto.
¿Cómo se hace luego para afrontar luego las erogaciones mensuales? Tu primera misión consistirá en economizar vía la reducción de gastos (en esta nota te propongo un mecanismo), que ahora deben ser cubiertos con el 90% del capital que se empleaba anteriormente.
Una vez que adquieras el hábito de pagarte a vos primero durante un par de meses seguidos, verás como la realidad se amolda a tu nueva metodología monetaria y no al revés.
Segundo paso: Trabajá sobre tu estímulo de ahorro
Si el estímulo que nos impulsa a realizar un esfuerzo (económico, en este caso) es el adecuado, tendremos ya la mitad de la batalla ganada. Para ello, debés definir el primer objetivo por el cuál vas a comenzar a ahorrar todos los meses, ya que caso contrario toda acción estará destinada al fracaso temprano.
Si estás incursionando por primera vez en este campo, mi recomendación es que tu primer objetivo esté relacionado con construir tu ahorro de emergencia. En esta nota te explico con más detalle de que se trata y como lograrlo, pero te adelanto que el mismo debe estar compuesto por seis veces tus ingresos mensuales y ser de fácil acceso (lo que se denomina “líquido” en finanzas).
Una vez cumplida esta primera meta (que te llevará un tiempo), tu nueva tarea será la de comenzar a ahorrar para aumentar tus ingresos totales. ¿Como se relacionan el ahorro y los ingresos totales? Muy simple: a través de la inversión.
Al ahorrar para invertir estarás generando una nueva fuente de ingresos pasivos financieros como los que aprendimos en esta nota, utilizando vehículos como Plazos Fijos, Bonos, Obligaciones Negociables, Cheques de Pago Diferido, Depósitos en Cooperativas, Finanzas Colaborativas, Cauciones Bursátiles, Fondos Comunes de Inversión de Renta Fija o Money Market y Monedas Estables (Stablecoins).
El aumento lento pero constante de tus ingresos te estimulará a continuar e incluso incrementar tus hábitos de ahorro.
Tercer paso: Conocé y aplicá la supremacía de la tasa de ahorro sobre la tasa de inversión
“¿Para que voy a invertir, si es poco el dinero con el que cuento y los rendimientos reales hoy en día son muy bajos?” podría preguntarse más de uno/a. Si embargo, este es un razonamiento erróneo porque diversos estudios muestran que es más importante la tasa de ahorro que la tasa de rentabilidad de las inversiones.
En su nota “Here is why your savings rate is more important than your investments’ returns” (“Esta es la razón por la cual la tasa de ahorro es más importante que el retorno de sus inversiones”), Anora Mahmudova fundamenta de manera cuantitativa y gráfica el siguiente razonamiento: Si ahorrás el 5,5% de tu ingreso mensual y lo invertís al 1% anual durante 30 años, tendrás una riqueza superior que ahorrando el 1% de ese ingreso para invertirlo al 10% anual.
La conclusión es muy importante: si adquirís el hábito de ahorrar e invertir dicho capital todos los meses, aunque las tasas de rentabilidad reales (netas de inflación) no sean muy altas, en el largo plazo tu esfuerzo será más que recompensado.
Conclusión
Si, ya sé, es más fácil ahorrar para comprarse un televisor más grande, el último modelo de celular o irse de vacaciones. Pero nadie dijo que lo fácil sea también lo más conveniente para tus finanzas personales.
Siguiendo los tres pasos aquí detallados podrás sanear tu economía doméstica para recién después comenzar a orientar parte de tus ahorros a los activos de flujo positivos (si no sabés lo que son los activos de flujos negativos y positivos, en esta columna podrás ver la explicación).
Estoy en condiciones de asegurarte que la aplicación de este camino propuesto apuntalará la disminución de tu strees financiero y te acercará cada vez más a la soñada prosperidad económica.
¡La seguimos la semana que viene con más herramientas útiles para tus finanzas personales!
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